Cada 3 de diciembre se conmemora a San Francisco Javier, un sacerdote y santo jesuita español de espíritu evangelizador. Fue conocido como el "Gigante de la Historia de las Misiones" y llevó el Evangelio a Asia, motivos que llevaron a la Iglesia Católica a celebrarlo en la fecha de su fallecimiento.

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En 1549 Francisco partió a Japón donde la evangelización no le resultó sencilla. Los habitantes de la Isla del Sol Naciente no veían bien a los cristianos porque predicaban un dios totalmente ajeno a sus tradiciones y porque no seguían las costumbres locales.

Años después, el sacerdote formó una expedición y llegó hasta la isla desierta de Sanchón (o Shang-Chwan) cerca de la costa de China continental, el territorio que había soñado con evangelizar. Sin embargo, a cien kilómetros al sur de Hong Kong, cayó gravemente enfermo y falleció el 3 de diciembre de 1552.

Oración a San Francisco por las causas perdidas

¡Oh, gran San Francisco Javier!, bienaventurado y glorioso,
predicador incansable
y prodigioso misionero
que al servicio de Dios Padre
recorriste el mundo entero:
junto a ti adoro la Divina Majestad,
me alegro especialmente por las gracias
que te entregó en vida
y por la gloria que te concedió después de la muerte,
le doy gracias a Dios, y te pido,
con todo el afecto de mi corazón,
que mediante tu poderosa intercesión
puedas concederme, sobre todas las cosas,
la gracia de vivir una vida de Santidad
y una muerte santa.

¡Santo protector de las causas perdidas
glorioso san Francisco Javier!
Tu, que nunca te diste por vencido,
te ruego me asistas con tu poder
y me ayudes en esta especial necesidad
que me angustia y considero perdida:

(hacer la petición)

pero si lo que te pido no es para la gloria de Dios
y el bien de mi alma,
te ruego, me otorgues las gracias necesarias
para lograrlo
así como tu perpetua protección,
a fin de que,
animado por tu ejemplo y tu asistencia
pueda vivir santamente
y alcanzar la eterna gloria del Cielo.

Amén.

Rezar nueve Padrenuestros, nueve Avemarías y nueve Glorias.