Las lluvias de noviembre generaron buenas expectativas en el campo tucumano. Los acumulados más significativos, si bien no fue general, se registraron en varias zonas territorio provincial, según datos oficiales.

“Las lluvias fueron muy heterogéneas. Hay zonas del sur, como Alpachiri, Río Seco, La Cocha, La Invernada, donde ya se superaron los promedios. Pero en Santa Ana, Rumi Punco o Casa Viejas no ocurrió lo mismo”, explicaron en la Sección Agrometeorología de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc).

Entre los sectores con mayores niveles de precipitaciones en lo que va del mes, según los registros de la red de estaciones meteorológicas de la Eeaoc, en Famaillá se alcanzaron los 203 milímetros de agua, cuando el promedio de los últimos años para noviembre ha sido de 152,2 mm.;  en Monteros, Caspichango, cayeron entre 163,8 mm. y 227,2 mm., cuando el promedio fue de 154,1 mm.

En el sector de El Cajón, en Burruyacu, se registraron 153,8 mm., mientras que el promedio ha sido de 85,5 mm.

Además, en muchos lugares se superaron los 10 días (discontinuos) de precipitaciones en lo que va de noviembre (hasta el 27, según el informe de la Eeaoc). En Alpachiri, el período fue de 20 jornadas, entre otros casos.

Cultivos

Se espera que tras las lluvias de esta semana se reactive la siembra en la zona de granos de la provincia. El presidente de la Sociedad Rural de Tucumán (SRT), José Frías Silva (h), afirmó que las condiciones meteorológicas “elevan las expectativas de producción” local.

“Las precipitaciones han sido espectaculares, pensando en las posibilidades de producción. Aunque hay una demora en el sorgo”, expresó el dirigente. “A ello se suma que el monitoreo de la ‘chicharrita del maíz’ viene siendo controlado”, añadió.

Por su parte, el titular de la Asociación de Productores Agrícolas y Ganadores del Norte (Apronor), Gonzalo Blasco, expresó que “arrancamos la siembra en una óptima situación” debido a que el agua mejora la humedad de los suelos en estos momentos.

De todas formas, el productor aclaró que la producción “tiene dos etapas: vegetativa y el reproductiva del cultivo”. “Las dos son importantes, pero se define en la fase reproductiva, y también se requieren lluvias. Esto recién comienza”, advirtió.  

En cañaverales

Alejandro Dávalos, integrante de Cañeros Unidos del Este (CUE), coincidió con los productores sojeros en la importancia de las condiciones meteorológicas, al destacar los niveles de agua de noviembre.

“No hubo temporales, sino lluvias livianas, lo que mejoró el perfil de suelo. Todavía hay gente que no pudo abonar y el agua complica ese trabajo. Pero hay mejores perspectivas para los cultivos en desarrollo”, finalizó.

En la zona núcleo

La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) informó que, durante el fin de semana, lluvias generalizadas trajeron alivio a gran parte de la región núcleo.

Localidades cordobesas como Hernando recibieron 90 milímetros, Noetinger 68 milímetros e Irigoyen 52 milímetros. En el centro-sur santafesino, Clason reportó 44 milímetros, mientras que más al sur, en Bigand, las lluvias apenas alcanzaron los 20 milímetros. En contraste, el noroeste bonaerense prácticamente no registró precipitaciones. Fuera de la región núcleo, Rafaela marcó 91 milímetros y Sunchales sorprendió con un acumulado de 144 milímetros.

Florencia Poeta, del área de Estimaciones Agrícolas de la BCR, planteó que estas precipitaciones eran cruciales, ya que la siembra de soja se encontraba detenida en amplias zonas a la espera de humedad. 

Según el informe publicado el jueves pasado por la BCR, hasta la semana pasada se había sembrado el 93% de la soja de primera, pero aún restaban por completar 300.000 hectáreas, además de un avance más significativo sobre la soja de segunda, cuya implantación recién había comenzado de manera incipiente en algunos sectores.