En el cruce de Constitución y Las Piedras, en el barrio Floresta de la capital, un bache se convirtió en el epicentro de las quejas de los vecinos y comerciantes de la zona. Lo insólito no es solo el peligro que representa, sino la particular manera en que fue "señalizado": un paragolpes rojo, acompañado de gomas, guantes y restos de vehículos, todo colocado por los propios residentes de la zona para alertar a los conductores.

"Esto lleva más de dos meses. La gente de la Municipalidad vino, pusieron un cajón de manzana y cinta de peligro, sacaron fotos y se fueron", comentó un comerciante de la zona, dueño de un taller de estética vehicular, a LA GACETA. "Después de eso, nosotros tuvimos que buscar formas de marcar el pozo porque ya ha causado accidentes", agregó.

Según los vecinos, el problema no es solo el tamaño del bache, que creció con el tiempo, sino su ubicación estratégica en una de las calles más transitadas del barrio. "Hace un mes, un auto quiso esquivar el pozo, chocó y casi termina dentro del taller. Por suerte, fue temprano y no había gente", narró otro vecino.

Las personas aseguran que el bache es producto del constante desgaste del asfalto, agravado por las pérdidas de agua que provienen de los camiones de la Sociedad Aguas del Tucumán (SAT). "Todos los días vienen camiones a cargar agua potable aquí, pero las pérdidas terminan erosionando el pavimento. El problema es constante", explicó otro residente.

Además, señalaron que presentaron numerosos reclamos, tanto a través de redes sociales como de manera formal, pero hasta ahora las respuestas han sido nulas. "La última vez que vinieron fue hace más de un mes, y solo pusieron la cinta y el cajón. Desde entonces, nada. Esto no alcanza", reclamó un comerciante.

Falta de alumbrado público y seguridad

El problema del bache se agrava por la ausencia de alumbrado público en la cuadra. "Hace dos meses que no hay luz. Hicimos el reclamo, pero nadie vino. Es un cortocircuito que no arreglaron, y en la oscuridad es imposible evitar el pozo", detalló Ricardo, otro vecino afectado.