El deterioro de la ruta 334, a lo largo de 40 kilómetros entre La Cocha y Taco Ralo, es apabullante, según han dado cuenta productores y vecinos, que informan que hay gente que ha comenzado a dejar el lugar, abrumada por la falta de respuestas y porque no parece haberlas para el futuro. Durante la temporada de sequía el acceso y la salida son dificultosos, tanto para vecinos, comerciantes y agricultores como para la comunidad escolar; y en verano, con la crecida de los ríos por las tormentas, con frecuencia quedan aislados entre los ríos San Francisco y el arroyo La Posta.
Se trata de una carretera que hace 50 años fue habilitada y auguraba progreso y un futuro inmejorable para la zona, en la que hay campos en los que se produce trigo, soja, maíz y sorgo, y tres escuelas, la 184, la Leopoldo Pérez y la de La Esperanza. Hoy la vía se mantiene pavimentada 12 kilómetros, y otros 28 kilómetros son de tierra: la capa asfáltica fue destruida por la acción de las aguas.
Las causas son la falta de mantenimiento, la acción destructiva de la naturaleza y el hombre que operó desmontes descontrolados. En 2017 toda el área se inundó a raíz de que los puentes sobre el río San Francisco y de El Palancho desaparecieron arrasados por las correntadas. El primer cauce, que antes tenía un ancho de unos 10 metros, se ensanchó más de 150 metros y quedó con una profundidad de 15 metros. En ambos cauces se construyeron pasos provisorios que desaparecen con las crecientes del verano. Hace poco Vialidad de la Provincia acondicionó con ripio unos seis kilómetros s a partir de El Palancho, en donde desaparece el pavimento. Los vecinos esperan que los trabajos se extiendan hasta el final de la vía. Las labores recientes del ente vial comprendieron también la repavimentación de otro tramo de cinco kilómetros que se extiende desde el lado oeste de La Cocha hasta Los Pizarro.
Maestros y estudiantes padecen por el traslado, puesto que un solo ómnibus recorre la zona de lunes a viernes y los taxis y los autos piratas no ingresan. Es decir que los fines de semana los pobladores quedan sin transporte. El año pasado, los productores nucleados en Apronor reclamaron por el estado de la ruta e informaron de los perjuicios económicos que esto les generaba, al poner en riesgo la salida de las cosechas.
Ahora, tras el anuncio del Gobierno de que se había pavimentado el sector alto de la ruta pareció haber alguna expectativa, pero esta se diluye desde la aseveración del anterior director de Vialidad de que es necesario hacer muchas obras, debido a que desde Catamarca, en lo alto, se desmontó y se plantó soja y en la parte baja se hicieron desaparecer los bañados. “Hubo un cambio de toda la corriente hídrica que hay que atender”, dijo, para agregar que se debe encarar un gran plan integral de arreglos. Correspondería que se rescate todo el programa de investigaciones en busca de soluciones para la zona que se hizo después de las inundaciones de La Madrid, y que se pongan en marcha las soluciones de inmediato, mediano y largo plazo.