MONTEVIDEO, Uruguay.- El balotaje de en Uruguay permaneció con final abierto hasta último momento, con un resultado que perfilaba el regreso al poder de la izquierda modelada por ex mandatario José Mujica , frente a la continuidad de la coalición de centroderecha, tras cinco años de gobierno. Yamandú Orsi, un profesor de Historia de 57 años, del opositor Frente Amplio, se imponía anoche a Álvaro Delgado, un veterinario de 55, del Partido Nacional que lideró la alianza oficialista, en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Había 2,7 millones de personas llamadas a las urnas para elegir a su próximo jefe de Estado.

La consultora Cifra fue la primera en publicar una proyección del balotaje: Orsi (Frente Amplio) 49,5%; Delgado (Coalición Republicana) 45,9%; y votos en blanco 4,6%

Por su lado, la consultora Opción dio como ganador también a Orsi con el 48,7% de los votos en una proyección de escrutinio. En tanto, Delgado habría obtenido el 46,7%. Sobre el cierre de esta edición, sin embargo, tanto el presidente, Luis Lacalle Pou, como Delgado reconocieron la derrota.

Según Canal 10, con base en datos de Equipos Consultores, Orsi recogía un 49% de los votos; Delgado, un 46,6%.

De todos modos, ante lo ajustado de los resultados, ambas coaliciones mantenían la cautela mientras seguía el escrutinio.

En los comicios de 27 de octubre pasado el candidato por el Frente Amplio alcanzó el 43.93% de los votos, y el aspirante oficialista del Partido Nacional el 26.79%, a lo que habría que sumarle los números de sus aliados, como el Partido Colorado. En total, esa agrupación estimó que sumaría un 47%de acuerdo a sus proyecciones.

Orsi lideró desde entonces todos los sondeos, pero seguido de cerca por Delgado, por una diferencia que se redujo en los últimos días y se ubicó dentro de los márgenes de error.

El ganador sucederá el 1 de marzo a Lacalle Pou, que cuenta con un nivel de aprobación cercano a un 50% pero impedido constitucionalmente de presentarse a la reelección inmediata. La votación comenzó a las 8 y se extendió hasta las 19.30. Los primeros resultados empezaron a llegar cerca de las 20.30.

Uruguay acudió a las urnas como la democracia más sólida de Latinoamérica, con un alto ingreso per cápita y menores niveles de pobreza y desigualdad frente al resto de la región. La situación económica y la delincuencia centran las preocupaciones de los votantes en este país agropecuario, con 3,4 millones de habitantes y 12 millones de cabezas de ganado.

“Para los laburantes estos cinco años no han sido nada buenos”, señaló Gustavo Maya, un repartidor de garrafas de gas de 34 años, que apoya a Orsi. “Ando todo el día en la calle y lo que me preocupa mucho es la inseguridad. Veo muchos robos, cada vez más homicidios, poca policía”, se quejó.

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William Leal, un albañil de 38 años, votará a Delgado. “Quiero que continúe este gobierno porque en el rubro de la construcción hubo más trabajo”, dijo. “A mí me rinde más la plata, aunque sigue caro igual, mejoró”.

Mujica, la muerte y los jóvenes

Esta segunda vuelta electoral prometía ser muy reñida, como en 2019, cuando la victoria de Lacalle Pou se saldó por apenas 37.000 votos.

“Es un escenario muy competitivo”, indicó a la AFP el sociólogo Eduardo Bottinelli, director de la consultora Factum.

Si se mantienen estos resultados, el Frente Amplio volverá al gobierno, que perdió en 2020, tras tres periodos consecutivos, uno de ellos bajo Mujica. El ex guerrillero, de 89 años y en recuperación de un cáncer de esófago, votó muy temprano en Montevideo.

“Mi futuro más próximo es el cementerio pero me interesa la suerte de los jóvenes, que cuando tengan mi edad van a vivir un mundo muy distinto”, dijo ante un enjambre de periodistas, y llamó a prepararse para “el advenimiento de la sociedad de la inteligencia”.

A pesar de su frágil salud, Mujica salió a pedir el voto para Orsi en el final de la campaña. En reuniones y entrevistas, despotricó contra la avaricia de algunos políticos, contra las corporaciones y contra Lacalle Pou. También cuestionó el “consumismo atroz”, y habló de su legado en una suerte de despedida que conmovió a muchos.

La mayoría silenciosa

Tras los comicios de primera vuelta, en octubre pasado, el Frente Amplio se quedó con 16 de los 30 escaños del Senado, y la coalición gobernante, con 49 de las 99 bancas de la Cámara de Diputados.

Orsi, que fue intendente del departamento de Canelones durante una década, aseguró tener la “gobernabilidad” para impulsar “las transformaciones que el país necesita”.

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“Queremos ir al encuentro y buscar líneas de acuerdo”, señaló Delgado, ex secretario de la Presidencia de Lacalle Pou, confiado en que “una mayoría silenciosa” le dará la victoria porque Uruguay está mejor que en 2019.

Más allá de quien haya ganado, no se avizora un golpe de timón. Orsi prometió “un cambio seguro que no será radical” y Delgado, anticipó que seguiría en la senda actual.

El tema impositivo generó sin embargo roces en el único debate de la campaña. Ambos se comprometieron a no aumentar la carga tributaria, pero Delgado cuestionó la promesa de su rival, afirmando que el programa del Frente Amplio sí lo prevé.

Los dos han dicho que impulsarán el crecimiento, en recuperación tras la desaceleración por la pandemia y una histórica sequía. También apuestan a reducir el déficit fiscal y a luchar contra el aumento de la delincuencia vinculada al tráfico de drogas.

Más de 2,7 millones de uruguayos estaban habilitados para votar en el balotaje. En Uruguay, el sufragio es obligatorio y no existe el voto consular, por lo que se esperaba la llegada de miles de residentes en Argentina.

En los últimos días, se aceleraron los operativos del Frente Amplio y el Partido Nacional para facilitar el traslado de los votantes desde Buenos Aires. Los primeros grupos llegaron a Montevideo a través del puerto.