Si un desprevenido prendía el televisor en el primer tiempo del partido entre Atlético Tucumán y Huracán probablemente haya pensado que el “Decano” era el que amenazaba con quedarse con el liderazgo de la Liga Profesional.
Presión alta, recuperaciones rápidas, contraataques, juego asociado y desbordes. El equipo de Facundo Sava apabulló al de Frank Kudelka. Fueron 35 minutos muy buenos para los locales, probablemente los mejores del torneo. El 2-0 parcial fue con baile incluido, pero el problema en ese primer período fue justamente que en los últimos 10’ el equipo sacó el pie del acelerador, Huracán descontó y estuvo cerca de empatarlo.
No es la primera vez en la era de Sava que el “Decano” juega un gran primer tiempo y después se desinfla. En este caso la salvedad estuvo en que fue efectivo en el arco contrario en los dos tiempos. Sebastián Meza, arquero rival, no se fue de Tucumán como figura. Atlético llegó menos que otros partidos y marcó más goles que en cualquier otro encuentro y nada más y nada menos que ante el escolta.
El gol de William Alarcón había aplacado a un estadio que estaba a punto de ebullición y también durmió a los jugadores locales que empezaron a verse desbordados por Mazzantti y las subidas de Hernán de la Fuente, que jugaron un gran segundo tiempo.
Después de algunos minutos de un juego bastante disputado, con pierna fuerte y con demasiadas amarillas, los cambios de Sava llegaron para devolverle intensidad al “Decano”.
Ni tarde, ni temprano, las modificaciones llegaron justo a tiempo en este partido. En esta ocasión el entrenador gestionó muy bien las variantes, sobre todo por cómo estaba el campo de juego. La primera fue el ingreso de Luis Miguel Rodríguez por Mateo Coronel, que había tenido un partido discreto. La segunda fue porque el físico de Adrián Sánchez (hace cuatro días habían anunciado que estaba desgarrado y era baja por dos semanas) no dio para más y pidió cambió.
Las últimas variantes fueron a falta de ocho minutos y cambiaron por completo el curso del partido. Tomás Castro Ponce, Matías Orihuela y Franco Nicola volvieron a contagiar a sus compañeros de esa intensidad que había mostrado en los primeros minutos y ahí el “Decano” sacó el plus necesario para terminar de ganar el partido.
El gol a los 44 minutos del segundo tiempo fue un desahogo infernal. Ni bien ingresó la pelota, un grupo de jugadores fue corriendo a abrazar a Acosta (había tirado el centro), otros fueron con Castro Ponce (autor del tanto) y el resto fue al banco de suplentes. Allí, Sava y sus colaboradores recibieron todos los abrazos.
El rumor que en las últimas horas del lunes anunciaba un final de ciclo para Sava al final del torneo golpeó el ego del plantel que se juramentó ganar para seguir -matemáticamente- con chances de conseguir un cupo a la Copa Sudamericana y por otro lado, para darle el apoyo al cuerpo técnico que no se le pasa por la cabeza renunciar y se encuentra en comunión con un plantel que en los últimos meses viene respondiendo bien dentro de la cancha y anoche ganó un partidazo con autoridad y a un candidato a luchar por el título.