La redención en el fútbol no solo se mide en victorias, sino también en las historias que las construyen. La victoria de San Martín sobre San Telmo por 2 a 0 fue el escenario perfecto para que Juan Orellana brillara, no solo por su rendimiento, sino también por el trasfondo emocional que lo acompañó durante este tiempo con la camiseta del “Santo”.
Tras la apertura del marcador, gracias a Junior Arias, el segundo gol del “Santo” encapsuló la esencia de esa redención. Orellana, quien había alternado entre aciertos y errores a lo largo de la temporada, cargaba con el peso de críticas, fallos puntuales y momentos difíciles. Uno de ellos fue el recordado gol de Elías Torres contra Aldosivi, donde quedó inmortalizado en la imagen del tanto rival. Sin embargo, el defensor demostró en la serie contra San Telmo que las adversidades pueden convertirse en fuerza.
“El fútbol te exige siempre estar al máximo, y en un club como San Martín las críticas nunca faltan. Lo importante es mantener el enfoque y superarse partido a partido”, expresó Orellana días atrás en una entrevista con LA GACETA.
Para entender esa redención, es necesario analizar la serie en la que San Martín borró a San Telmo con un global de 4-1. En el duelo de ida, Orellana no pasó sobresaltos. En la revancha, con unos llamativos botines naranjas, no solo destacó entre sus compañeros por el color, sino que se erigió como un verdadero muro defensivo. ¿Cómo lo logró? Con quites y anticipos que frenaron cualquier avance del “Candombero”. Además, dejó su zona habitual para colaborar en la recuperación del mediocampo, algo poco común en un zaguero central.
El esfuerzo tuvo su recompensa en el gol. Una jugada “Made in San Martín” que comenzó con una falta sobre Pablo Hernández.
Juan Cuevas ejecutó la pelota parada, que Gustavo Abregú -en su partido número 101 con la camiseta del “Santo”- envió al área. Orellana, elevándose con determinación, selló el 2 a 0 definitivo. Su celebración, con los brazos al cielo, fue un homenaje a sus seres queridos que ya no están, un gesto cargado de emoción. Esa misma emoción lo desbordó en el Presbítero Bartolomé Grella tras la clasificación a la final, conseguida con tres fechas de anticipación.
“Me acordé de las lesiones y de las personas muy queridas que perdí. Soy alguien que luchó siempre sin rendirse. En ese momento fueron tantas emociones mezcladas que no pude contenerlas”, confesó el “2” sobre el video que rápidamente se viralizó entre los hinchas.
Por último, y no menos importante, es necesario destacar que el central oriundo de Taruca Pampa, pese al cansancio, completó los 90 minutos. Su rendimiento no solo lo redimió de errores pasados, sino que también lo consolidó como un luchador. Con su aporte en defensa y el de sus compañeros, Orellana ahora mira con entusiasmo las semifinales. San Martín demostró que las adversidades no definen al equipo, sino la manera en que las superan.