La reconciliación fue perfecta, casi como si la fiesta de San Martín hubiese estado orquestada. Goles rápidos, buen nivel de juego y la sensación de que la final perdida quedó en el pasado. Sin embargo, a no confundirse: el traspié no se olvida. La victoria por 2-0 frente a San Telmo suaviza la situación y renueva las esperanzas en la lucha por el segundo ascenso. Pero, ¿cuáles fueron las claves del triunfo contundente del “Santo”?  

Vistoso, pero endeble  

Conexiones, pases, velocidad, intensidad... La filosofía de San Telmo apuesta por el juego vistoso. ¿Por qué entre comillas? Sin dudas, es un equipo atractivo. Representa todo lo que los amantes de la posesión buscan en un campo de juego: maximización del ataque. Las conexiones entre volantes y delanteros surgían casi automáticamente.  

Pero el fútbol no solo se trata de atacar. También tiene una faceta menos glamorosa: la defensa. Ahí se encuentra el mayor déficit del equipo de Grelak. La falta de solidez en la marca y las desatenciones en el juego aéreo fueron el caldo de cultivo para los goles de San Martín. A esto se sumaron el nerviosismo y la presión del contexto: dar vuelta una serie en La Ciudadela no era tarea sencilla. Mucho menos cuando la diferencia se extendió a cuatro anotaciones. Todo esto confirma la frase del legendario Chuck Daly, entrenador de los Detroit Pistons en los años 80: “Los ataques ganan partidos, y las defensas ganan campeonatos”.  

La aparición del triángulo “CAG”

Parecía apagado, ya que ninguno de sus integrantes había tenido grandes actuaciones en los últimos partidos. Sin embargo, la sociedad Cuevas-Arias-García emergió en un momento determinante y reavivó la ilusión de San Martín.  

Bastaron 10 minutos para que el tridente “Santo” golpeara con fuerza. Un pase magistral del ex Everton de Chile, un centro rasante de “Caco” y un potente remate del uruguayo bastaron para abrir el marcador y ampliar la ventaja global. La actuación del tridente no quedó en el 1-0. Generaron más oportunidades para aumentar el marcador, aunque la falta de precisión o las intervenciones de Brian Bustos impidieron nuevos festejos.  

El cerrojo de la banda derecha  

San Telmo volcó el juego hacia su sector izquierdo con Rodrigo Ayala, Rodrigo González y Alex Cosi como protagonistas. Las zancadas del lateral, la visión del volante y la entrega del delantero prometían desequilibrar. Pero la apuesta quedó en intento. Axel Bordón y Gustavo Abregú desarticularon casi todos los avances por ese sector, conteniendo con eficacia los embates del “Candombero”. Este duelo táctico fue ganado por Flores.  

Otro capítulo del juego aéreo

Aunque parezca una obviedad, San Martín es uno de los equipos que mejor aprovecha la altura de sus jugadores. Este factor, una vez más, inclinó la balanza. En esta ocasión, Juan Orellana fue el protagonista. Un centro perfecto de Gustavo Abregú terminó con un frentazo del central para el 2-0 que sentenció el partido. Por un instante, Orellana se vistió de “9” y dejó su sello.  

El adelantamiento de la defensa

La actuación de Orellana no se limitó al gol. Junto a Agustín Dattola, el “Barba” desactivó la mayoría de los ataques de San Telmo con decisiones inteligentes. Si era necesario despejar, lo hacía; si podía salir jugando, también. Su mayor acierto fue la presión sobre los volantes rivales. Más de una vez recuperó el balón y condujo contragolpes peligrosos.