Piques, botes y canastas… La categoría U-13 de Nicolás Avellaneda está lista para el cuadrangular correspondiente a las semifinales de la Liga Federal. Este hecho es histórico para el club de Pellegrini 279 e ilusiona al ambiente del básquet tucumano: es la primera vez que el semillero llega a estas instancias en el certamen, que se jugará en la cancha de Sportivo Bolívar, en Villa Carlos Paz. Los niños aseguran que existen algunas desventajas frente a sus competidores. La altura, la preparación física y la cantidad de personas que conforman los staff rivales son algunos de los temas de debate. Sin embargo, eso no los asusta y confían en que, una vez más, podrán superar los escollos que se presenten en su camino. El primero será mañana, a las 18, frente a Instituto de Córdoba.

¿Cómo es el formato del torneo? La instancia cuenta con 12 participantes, divididos en tres zonas. Así, los rivales del “Trueno” verde serán la “Gloria”, Banco Santa Fe y el local, Sportivo Bolívar. Los primeros de cada grupo y el mejor segundo clasificarán a las finales, que se disputarán el 30 de noviembre y el 1 de diciembre.

“Siempre nos trataron como un rival fácil. Nadie confiaba en que podíamos llegar a esta instancia, pero no es casualidad todo lo que logramos hasta el momento. Intentaremos llevar a la provincia a lo más alto”, dijo Ramiro Molina, entrenador de la U-13, que se consagró campeón del último certamen provincial de la categoría.

El formato del torneo obligó a Nicolás Avellaneda a recorrer muchos kilómetros. En la primera fase, los niños viajaron a La Rioja para disputar un triangular contra el equipo local, Facundo, y Red Star, de Catamarca. Tras dos victorias, se aseguraron el liderazgo del grupo y ganaron el derecho a saltarse una instancia, es decir, a pasar a los cuadrangulares interregionales.

La tercera etapa, que se desarrolló en Villa María, Córdoba, no comenzó de la mejor manera. En el primer partido, cayeron frente a Banco de Santa Fe, pero lograron recuperarse con triunfos contra Unión Central y Atlético Riojano.

“Hicimos bingos, rifas y otras actividades para costear los viajes de los chicos”, comentó el entrenador. Pero las dificultades no fueron motivos suficientes para frustar las aspiraciones de los niños, sino que los fortalecieron y esperan meterse entre los cuatro mejores del torneo nacional.

“92 puntos”

Lisandro Jerez es una de las grandes promesas de Nicolás Avellaneda. El base, de 12 años, juega en las categorías U-12, U-13, U-15, U-17 y U-21, y ya debutó en Primera. Esta situación provoca que, cada día, pase más de cuatro horas en las instalaciones del “Trueno” verde.

“En Primera jugué con mis hermanos Tobías y Valentín. Si bien fueron muy pocos minutos, pudimos compartir cancha. Eso fue un sueño cumplido”, comentó.

Lisandro se define como agresivo y peligroso. El niño destaca que lo que más disfruta es atacar al aro y la verticalidad del juego, aunque también se distingue por su capacidad para organizar el juego. ¿Cuál ha sido su mayor logro? El base asegura que anotó 92 puntos en un partido contra la Asociación Mitre, en U-12.

“Ese partido lo ganamos 120 a 110. La mayoría fueron de bandeja, porque en esa división se juegan con aros más bajos a los convencionales. En ese momento no sabía que había convertido tanto. El anterior récord había sido de 79 puntos en una final contra Estudiantes, pero ese partido lo habíamos perdido”, indicó.

El próximo objetivo de Jerez es calzarse la camiseta de la selección tucumana, un anhelo que persigue hace un par de años. “Este año no me llamaron porque no hubo Argentino, pero es a lo que aspiro”, señaló.

A diferencia de otros niños que suelen mencionar a Emanuel Ginobili o Facundo Campazzo como ídolos, Jerez tiene como referente a un tucumano: “Emiliano Lezcano, que está en Ferro, es mi principal referente. Veo la mayoría de sus partidos, y cuando se más grande, me gustaría jugar en ese equipo”, expresó.

“Análisis de rivales”

El escolta Fabrizzio Monteleone es otro de los puntos altos de Nicolás Avellaneda. El niño, de 13 años, comenzó su camino en Independiente, pero hace tres años decidió calzarse la musculosa del “Trueno” verde. “Ya soy parte de la manada”, dijo.

Monteleone tiene una historia bastante particular con el DT Molina, a quien define como su “papá del corazón”. Este vínculo hace que el básquet sea un tema frecuente en sus charlas. “Hace tres años que vivimos juntos y él siempre me dice que debo corregir cosas y me da muchos consejos. Es un gran entrenador”, indicó.

La preparación para la Liga Federal ha hecho que los niños comiencen a sentirse como “profesionales”. ¿Por qué? Monteleone explica que, además de los ejercicios físicos y técnicos, el plantel tiene sesiones de videoanálisis y scouting. “La idea es que no nos sorprendan con ninguna jugada preparada”, señaló.

El niño asegura que consume muchísimos videos de básquet internacional. La intención es aprender diferentes movimientos de los mejores escoltas del mundo. “Intento hacer el ‘eurostep’ de ‘Manu’ y el ‘slowstep’ de Luka Doncic. Los hago cuando me enfrento a chicos más altos. Ese freno me permite esquivarlos”, explicó.

“Aguantar a los grandes”

Nicolás Avellaneda es la segunda casa de Uriel Vega. Desde los cuatro años, el niño asiste de manera ininterrumpida al club. ¿Quién lo inspiró? Su hermano Enzo, que hoy juega en Concepción BB, fue el pionero familiar dentro del deporte.

El base admite que la diferencia de altura contra sus rivales será un problema a contrarrestar en los partidos. ¿Cuál es el antídoto? Ser firmes en defensa. “A los ‘grandotes’, hay que aguantarlos con el cuerpo. Es difícil, pero lo venimos trabajando hace bastante”, expresó.

Si bien reconoce que disfruta de las conversiones, el niño se define como un playmaker por naturaleza. La visión de juego hizo que debutara en el Prefederal frente a Huracán BB.

“’Pitu’, el DT de la Primera, me dijo que me prepare para jugar un día antes. No me puso en todo el partido hasta el último cuarto. A 29 segundos, me hizo entrar y recibí una pelota. Cualquiera me podía quitar la pelota y ganar el partido, pero justo me hicieron una falta y me dieron dos libres. Sentía mucho miedo. Lo bueno es que lo metí y fueron fundamentales para ganar”, recordó.

Todo esto deja en claro que las joyas de Nicolás Avellaneda están dispuesta a hacer todo lo necesario para llegar a la instancia final y llevar a Tucumán a lo más alto.