La diabetes mellitus es considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una de las cinco enfermedades no transmisibles con mayor incidencia en el mundo entero. Según los registros, es la única que desde 1990 sigue su crecimiento afectando a más personas.
En la Federación Argentina de Cardiología (FAC) apuntó a las campañas de concientización y prevención en torno de esta patología, que afecta al sistema cardiovascular. Además, la diabetes es una de las principales causas de ceguera, insuficiencia renal, infarto de miocardio, derrames cerebrales (ACV) y amputación de miembros inferiores.
La OMS advritió que un deficiente control de esta afección aumenta las posibilidades de su aparición, además, de complicaciones y muerte prematura.
Situación en Argentina
Si bien esta patología afecta en proporciones iguales a hombres y mujeres, al observar la distribución geográfica se observó que no todas las provincias del país presentan los mismos guarismos.
Así, según el estudio publicado por Andrés Peranovich, investigador del Conicet, “Distribución provincial de la carga de diabetes mellitus en Argentina. Año 2018”, las regiones de Cuyo y Patagonia son las que presentan la mayor cantidad muertes prematuras y discapacidad. Por el contrario, las regiones del Noroeste, Gran Buenos Aires y Noreste presentan una concentración menor de estos indicadores.
Entre las provincias más afectadas por esta tasa se encuentran Santa Cruz, Tierra del Fuego, La Rioja, San Juan y Neuquén. Por el contrario, los valores más bajos de la tasa estandarizada se observan en Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Jujuy, La Pampa y Entre Ríos.
“Esta disparidad no solamente evidencia la necesidad de políticas sanitarias focalizadas por provincia o región, dirigiéndolas a lugares y grupos de población que necesitan tratamientos con más urgencia”, dijo Gustavo Alcalá (MP 2163), médico cardiólogo miembro de la FAC.
“Hay que poner énfasis en el acceso a atención oportuna y especializada. Las provincias más golpeadas por años de vida prematuramente perdidos o vividos con discapacidad son las que menos remedios para controlar el azúcar en sangre adquieren en farmacias cada 100.000 habitantes”, añadió.
Al considerar la edad, se observó que a partir de los 45 años comienzan a elevarse los casos de diabetes casi por igual en todas las provincias de Argentina. “Un cambio táctico necesario: diagnosticar la prediabetes, difundir los valores que la determinan y tomar medidas para evitar su progresión a diabetes. De otro modo, el impacto económico y en sufrimiento humano seguirá muy elevado”, dice Alcalá.
Nuevo enfoque
Las nuevas directrices y estrategias de tratamiento para la diabetes enfatizan la necesidad de un enfoque personalizado y sugieren el uso de nuevos medicamentos con beneficios cardiovasculares probados y bajo riesgo de hipoglucemia.
Teniendo en cuenta la edad, el tipo de diabetes, el tiempo de evolución de la enfermedad y otros factores de riesgo, las directrices recomiendan estratificar a los pacientes diabéticos en términos de su riesgo cardiovascular, con el objetivo de personalizar su atención y tratamiento.
Entre los factores de riesgo, se señalan los antecedentes familiares de diabetes, hipertensión arterial, antecedente de diabetes durante el embarazo o hijos nacidos con más de 4 kilos, sobrepeso u obesidad y sedentarismo.
Adoptar hábitos saludables con alimentación equilibrada, sin alimentos procesados, realizar actividad física, de al menos 150 a 300 minutos semanales, considerar los estímulos de fuerza al menos dos veces por semana; no consumir tabaco, mantener peso corporal adecuado, y mantener en valores óptimos la glucemia, el colesterol y la presión arterial, son claves para prevenir la aparición de la diabetes y sus complicaciones cardiovasculares.
De esa forma, no solamente se está previniendo la aparición de complicaciones, sino que se está construyendo salud. Una tarea que comienza desde la infancia y recorre toda la vida.