Imaginarse cómo hubiesen sido las carreras de decenas de músicos célebres, de Frank Sinatra a Michael Jackson pasando por Ray Charles (por nombrar sólo a tres, de distintas épocas, formas y estilos) o cómo sonarían cientos de canciones sin la intervención de su mano, es un ejercicio agotador. La intensa y extensa vida de Quincy Jones se puede recrear después de su partida terrenal, a los 91 años, a través de su legado sonoro plagado de éxitos y consagraciones.
“Con el corazón lleno pero destrozado, debemos compartir la noticia del fallecimiento de nuestro padre y hermano Quincy Jones -anunció la familia en un comunicado-. Y aunque esta es una pérdida increíble para nuestra familia, celebramos la gran vida que vivió y sabemos que nunca habrá otro como él”.
Jones marcó definitivamente la música del siglo XX como compositor y productor multipremiado: 28 Grammy (fue nominado a un total de 80 estatuillas y además ganó una como Leyenda), dos Oscar honoríficos, un Emmy televisivo, la Legión de Honor de Francia, el Premio Rudolph Valentino de la República de Italia, el Salón de la Fama del Rock & Roll y el reconocimiento del Centro Kennedy por sus contribuciones a la cultura estadounidense. En el streaming de Netflix aparece un documental de 2018 que, simplemente, se titula “Quincy” y en 2001 lanzó su autobiografía “Q”.
En sus jalones aparece en un lugar muy destacado haber estado detrás de los discos “Off the Wall”, “Thriller” y “Bad”, el trío consagratorio de Jackson en los 1980. Para llegar allí recorrió mucho camino previo.
Raíces mestizas
Había nacido el 14 de marzo de 1933, en Chicago, en el seno de una familia de raíces mestizas descendiente de esclavos negros y esclavistas blancos. Aprendió a tocar el piano a los siete años, y a través del canto de su madre y a los 14 años ya actuaba con Ray Charles. Estudió música en la Universidad de Seattle, luego en Boston y en Nueva York para después actuar con Lionel Hampton, Elvis Presley, Charlie Parker y Miles Davis. En París se codeó con Pablo Picasso, James Baldwin y Josephine Baker y giró por Sudamérica y Oriente Medio como director musical de Dizzy Gillespie. Ella Fitzgerald, Dinah Washington, Tony Bennett, Peggy Lee, Aretha Franklin, Donna Summer, Sarah Vaughan y Sammy Davis Jr. se nutrieron de sus arreglos musicales, pero la lista completa es inabarcable más allá del jazz, porque abundó en el universo del funk y la música disco con George Benson, Patti Austin y los hermanos Johnson, y en el último tiempo, los ritmos urbanos con el rap a la cabeza junto a Snoop Dogg y a Queen Latifah.
Murió Quincy Jones, leyenda de la música estadounidenseFue director de orquesta de jazz con formato big band, arreglista para Count Basie, y multiinstrumentista destacado en trompeta y piano. Con su compañía de cine y televisión lanzó la comedia “El Príncipe de Bel-Air” con Will Smith, y “Qwest TV”, un servicio de TV musical a la carta. Las canciones de las películas “The Italian Job”, “En el corazón de la noche”, “A sangre fría”, “El color púrpura” (la original de 1985) y “Banning” y de los programas televisivos “The Bill Cosby Show”, “Ironside” y “Raíces” son fruto de su inventiva, pero la lista completa es mucho más extensa. De su creatividad temas como “Verano en la ciudad” o “Soul Bossa Nova”, clave para el reconocimiento de este ritmo brasileño dentro de la sociedad norteamericana.
El single solidario “We Are the World”, pensado para recaudar fondos para aliviar la hambruna en Etiopía, surgió de su mente. Su trabajo benéfico abarcó también organizaciones afroamericanas para el progreso de ese sector (él mismo pasó de las pandillas callejeras a ser una de las figuras negras más respetadas) y de jóvenes músicos. Sus parejas más conocidas fueron las actrices Peggy Lipton y Nastassja Kinski, aunque afirmó haber estado además con Ivanka Trump y con Juliette Gréco. No se privó de las polémicas al criticar a The Beatles y a la Iglesia Católica o al reclamarle regalías no pagadas a los herederos de Jackson.
Quincy Jones cumple 75 años“Fuiste un padre y un ejemplo. Un mentor. Un modelo a seguir. Un rey. Me diste oportunidades y compartiste mi sabiduría. La música no sería música sin ti”, lo despidió ayer LL Cool J, y muchos otros podrían suscribir sus palabras sin perder el aliento.