4.30, límite entre Santiago del Estero y Santa Fe. El ímpetu de los hinchas se calmó. Muchos optaron por quedarse en sus asientos y descansar por unas horas. Todavía faltaban 430 kilómetros para llegar al destino final, es decir, un mínimo de cuatro horas y media de viaje. Sin embargo, el cambio de jurisdicción provocó la aparición de nuevos controles policiales que se tradujeron en más demoras. No es que hubo requisas ni se controló que cada hincha posea los requisitos para ingresar a la cancha (DNI y entrada), sino que las fuerzas santafesinas decidieron frenar a todos los colectivos para formar una caravana de aproximadamente 20 colectivos. Todos ellos serían escoltados por dos móviles: uno al inicio y otro al final. Así la reanudación del viaje comenzó 30 minutos después.
La demora hizo que varios hinchas se preguntasen qué sucedía. Más de uno se acercó a la parte de adelante del colectivo para ver las sirenas y las luces azules, mientras qué otros solamente se preocuparon por el frío del aire acondicionado. Los más despiertos se pusieron a charlar para pasar el tiempo. Los insumos líquidos se habían terminado hace varias horas atrás y la máquina no frenó en ningún sitio para recargarlos.
Lo más llamativo de la madrugada fue el paso del tren por la vía que se ubicaba a un costado de la ruta 34. Muchos vagones a un ritmo cansino. Más allá de ello, el viaje continúo con plena normalidad
Todo volvió a reactivarse alrededor de las 7. Los hinchas retomaron el ritmo habitual y empezó un desayuno improvisado. Los más precavidos habían optado por galletas dulce, aunque la mayoría optó por las sobras de la cena acompañado por gaseosa.
El momento más curioso de la jornada se dio antes de la llegada a Rafaela. El chófer aprovechó para rebasar a varios colectivos y ganar metros. Incluso se colocó en la segunda posición de la caravana que se realizó para recorrer Santa Fe.
Mientras tanto el debate sobre el almuerzo se desataba en el colectivo. "¿Se podrá hacer asado?", era la gran duda de la mayoría. Y, si bien las autoridades provinciales aseguraron que en "La Zapatilla" (sitio donde se concentrará a los hinchas de San Martín en la previa) no está permitido hacer dicha comida, los fanáticos especulan con asistir a un camping cercano a la zona. ¿Podrán cumplirlo? Las horas definirán la situación, aunque también se baraja la opción de comprar comida donde se encuentre.
Las curiosidades no terminaron allí. Pese a que todos los asientos contaban con puertos USB, pocos eran los que funcionaban. De este modo, casi por naturaleza, empezó una ronda de turnos para cargar sus celulares y no perder la comunicación en la ruta.