Desde hace tiempo, en las tribunas de La Ciudadela, en cada partido de San Martín, un personaje particular sorprende a la comunidad “Santa” por su simpatía y su vestimenta: la payasa “Soda”. Detrás de la pintura y la colorida indumentaria, se esconde Aimé Micol Nieto, estudiante de la facultad de Ciencias Naturales, que ahora está haciendo hasta lo imposible para poder viajar a Rosario y presenciar la final por el ascenso ante Aldosivi.

¿Cómo y por qué surgió la idea del disfraz de payasa? “Ha sido algo que me salió hace siete años, por ahí. Fue de manera improvisada para un cumpleaños de San Martín. A mí me gusta pintar dibujos, entonces dije 'hay que ir, acompañar, y hacer que la gente vaya pintada'. Arrancó así, y a lo largo de los años fue tomando otra forma”, relató Nieto, en diálogo con LA GACETA.

Por supuesto, por un lado, la intención es, efectivamente, apuntar al divertimento: hacer que el acompañamiento al equipo sea más colorido, y construir un espacio más apto para todos los hinchas. “Pensé en aportar un espacio que sea seguro, que se vaya construyendo. Fui gestando ideas, y dándole más forma, más identidad. Fue ahí que busqué un nombre, y decidí que sea una payasa, que brinde ciertos contenidos artísticos dentro y fuera de la cancha, porque para el hincha de San Martín, hay todo un ritual antes de entrar al estadio. Entonces les di la oportunidad de que conozcan un espacio artístico”, detalló.

¿Por qué una payasa? “Lo de disfrazarme se me ocurrió porque es muy difícil romper el hielo, por lo menos para mí, porque no actúo, no tengo idea de teatro, entonces de alguna manera tenía que hacerle saber a la gente que estaba ahí pintando, y buscar recursos para que eso se note, en un lugar multitudinario”, reconoció. Además, Nieto explicó por qué eligió el nombre “Soda”: “surgió un poco por la previa, de la bebida que toman. Fue un poco incorporar lo cultural y lo popular dentro del personaje, y quedó”, consignó. De todas maneras, aseguró que los más chicos suelen elegir otros nombres. Me ven y me dicen 'la guasona'. Es algo que se va construyendo, hay personas que sí saben, pero los chicos te dicen como ellos quieren”, contó entre risas.

Aunque la idea surgió algunos años atrás, Nieto recién comenzó a asistir disfrazada al estadio en 2022. Y recuerda que la primera vez se dio en un contexto difícil: en un duelo ante Belgrano donde, en la previa, fue asesinado un miembro de la barra, a pocas cuadras del estadio. “Me movilizó mucho, entonces me parecía que era necesario hablar sobre la violencia y tomar postura ante eso”, subrayó Nieto. Entonces, además de ser un espacio para contagiar alegría, el personaje se convirtió también en un instrumento para militar los aspectos positivos del fútbol.

“Yo defiendo lo hermoso del fútbol, y no quería que la gente se quede sólo con lo malo que por ahí sucede. Voy a militar el fútbol y el folclore lindo que tiene San Martín, que es la familia y la solidaridad. Fue entonces que me disfracé”, rememoró Nieto, que contó cómo fueron las primeras veces que le tocó llegar disfrazada al estadio. “La gente estaba como impactada, y yo también; de pronto, me tocó que la gente me pida fotos, que se me acerque”, remarcó.

En ese primer partido donde asistió disfrazada fue, justamente, cuando comenzó la militancia contra la violencia, con el acompañamiento de los más chicos. “Pintamos una bandera con los chicos que decía 'basta de violencia', 'el folclore en el fútbol es el amor', y cosas así. También bailamos, y a partir de ahí fue pura construcción. Se fue dando por comentarios de la gente, que aportaban ideas; mucha construcción colectiva, que es lo que a mí particularmente me convoca, me llama”, resaltó Nieto.

Así, el personaje de “Soda” comenzó a instalarse en la comunidad “Santa”, acompañando sobre todo a los niños, a quienes decora con pintura antes de cada partido. Y también sirvió como un sustento para la joven, que a través de la venta de sus dibujos, otra faceta artística en la que se destaca, pudo empezar a pagarse las entradas para los partidos, y seguir animando a todos.

Y aunque en un principio quizás no lo tenía tan pensado, Nieto decidió viajar a Rosario para presenciar la final. Con la entrada ya en mano, está ahora recaudando fondos para poder costearse los gastos logísticos. Y para eso, está vendiendo no sólo sus dibujos, sino también toda su indumentaria de San Martín.

“Fue una decisión apresurada, porque no tenía las condiciones económicas para hacerlo. Por eso decidí vender toda mi indumentaria, que tengo hace más de 20 años. Siento que es una obligación ir (a Rosario), hay gente que me conoce de la cancha sólo por lo que hago, y me están esperando, me guardaron un lugar. Tengo la obligación de responder a esa gente, a los niños que me esperan allá”, explicó, sobre su decisión de viajar.

“Voy como sea, así tenga que vender la computadora -que mi mamá no se entere de esto-. Sé que volvemos con el ascenso, tengo mucha ilusión. Y si no, que me perdonen por elegir creer”, aseguró Nieto, que sueña con ser profesora de Biología para acercar la ciencia a los sectores populares con el arte, al que califica como “la herramienta más poderosa”. “Creo que lograré hacerlo, así como también creo que volveremos con el ascenso. Elijo creer”, cerró “Soda”, que también estudia ilustración científica, donde combina su pasión por las ciencias y por el arte