El presidente Javier Milei oficializó el pago de un bono extraordinario de $70,000 para jubilados y pensionados que perciben haberes mínimos en noviembre. Esta suma, establecida desde marzo, no se ha ajustado a la par de la inflación ni al aumento general de los haberes, que subieron un 88,03% en ese periodo, provocando una pérdida de poder adquisitivo para los jubilados que dependen de este refuerzo.

Según el decreto 965/2024, el bono no es una garantía permanente, ya que Milei lo considera una asignación discrecional y su continuidad dependerá de las condiciones fiscales del país. El presidente expresó que solo habrá bonos si los recursos lo permiten y que no buscará "engañar a la gente" con promesas sin respaldo financiero.

En noviembre, el haber mínimo para jubilados se fijará en $252,798.48, a lo que se sumará el bono de $70,000, resultando en un total de $322,798.48. Sin embargo, debido a que el bono se ha mantenido estático mientras los haberes aumentaron, las jubilaciones mínimas han perdido aproximadamente un 16% de valor real frente a los haberes superiores, revirtiendo el propósito inicial del bono de proteger a los jubilados de menores ingresos.

Si bien los haberes sin bono tendrán un incremento del 3,47% en noviembre, la suma total para los jubilados mínimos será de solo 2,7%, un aumento que no alcanza a equiparar la inflación estimada para octubre. Esto ha generado una situación en la que las jubilaciones medias y altas superarán la inflación, mientras que las mínimas se quedarán atrás, lo que refleja un problema de equidad en los ajustes del sistema previsional.