“La motosierra no para en ningún momento, y eso se ve todo el tiempo con las publicaciones que va haciendo el ministro (Federico) Sturzenegger”. Javier Milei ha dejado nuevamente en claro que no está dispuesto a poner en riesgo el déficit cero y que, para que esa meta se sostenga, seguirá poniéndole nafta a aquella motosierra. Además del control y achique del personal del sector público nacional, la Casa Rosada está decidida a avanzar con una ola de privatizaciones que arrancaron con el conflicto por Aerolíneas Argentinas, continuó con el Belgrano Cargas, y que, a su vez, puede seguir con el pase a manos privadas del Correo Argentino, de AySA, de Arsat y de Intercargo, por mencionar algunas compañías con gestión estatal.

“Hay muchas empresas que hoy están en manos del Estado y pueden llegar a privatizarse. Tiraron un número de 59, pero hay que ver. Hay diferentes procesos y etapas, pero vamos a mirar con lupa”, confió una fuente oficial a iProfesional.com.

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Sturzenegger, ministro de Desregulación y Transformación del Estado, ha puesto sus ojos también en todos aquellos servicios que impliquen burocracia y un mayor gasto del Estado sin contraprestación eficiente por parte del área que lo administra. El caso emblemático de los últimos días también ha sido la pronta desaparición de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y su reconversión a Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), una medida que implica un ahorro fiscal de $ 6.400 millones, según las estimaciones oficiales, y el cese de unos 3.000 empleados, designados durante la gestión kirchnerista, argumentaron desde la Casa Rosada.

El ajuste fiscal llegó para quedarse. El gobierno de Milei tiene la premisa de disminuir el tamaño del Estado a su mínima expresión posible. Si bien hay limitaciones legales y burocráticas, la modernización y desregulación que viene llevando a cabo el ministro Sturzenegger le permitirá seguir avanzando en esa dirección, indica Lautaro Moschet, economista de la Fundación Libertad y Progreso. “Hay que destacar que hace un año atrás, el escenario de equilibrio fiscal para 2024 tenía probabilidad prácticamente nula. Sin embargo, la motosierra y la licuadora lograron resultados sorprendentes y el equilibrio fiscal es un hecho. Mantenerlo, será una condición necesaria para recuperar la credibilidad y volver al mercado de crédito internacional lo antes posible”, detalla el analista.

Hacia adelante, indica Moschet, uno espera que el tamaño del Estado continúe disminuyendo y lo cierto es que hay lugar para que esto ocurra. Recordemos que hace 20 años, el gasto público consolidado representaba cerca del 26% del PBI, y hacia 2020 superaba el 47%. “Actualmente, estimamos que se redujo a cerca del 32%, pero ante un cambio de 180° en la visión del funcionamiento del Estado, seguirá bajando en los próximos años incluso perforando el mínimo mencionado de 2004”, explica a LA GACETA.

Para el economista Fernando Marengo, la “deep motosierra” de la que habla la gestión Milei no es más que una segunda vuelta del proceso de restricción del gasto, pero menos integral, que se focaliza en ir sector por sector con el fin de avanzar contra los privilegios de aquellos que piden que el trabajo estatal sea hereditario o en la intimación a tramitar la jubilación que alcanzaría a 10.000 empleados públicos de los cuáles 6.500 pertenecen a planta permanente. “Se trata de una tarea que podría decir que es artesanal”, plantea.

El experto señala que la Argentina no crece, de manera real, desde 2011 y eso ha llevado al paulatino deterioro de las variables económicas, con una población en crecimiento. “La economía viene ajustando desde hace al menos siete décadas y ese es el deterioro que venimos percibiendo de manera secular”, puntualiza. Marengo acota que en los últimos 40 años, la Argentina ha tenidos dos décadas perdidas, la de 1980 y más adelante la de 2010. “Y si querés verlo a más corto plazo, hablamos de 2011”, sostiene. Más allá de que el término ajuste no tenga popularidad, el economista remarca que, muchas veces son necesario si es que se quiere avanzar hacia un país que crezca de manera sostenida, como no lo tiene la Argentina en casi 130 años. “El dilema que se plantea, entonces, es que lo hace un gobierno o, en definitiva, lo termina haciendo el mercado con inflación, con más distorsiones y con más pobreza, como viene sucediendo desde hace décadas”.

Otro economista, Adrián Ravier, explica a LA GACETA que para saber la profundidad del ajuste hay que tomar en cuenta lo que se había convenido en el denominado Pacto de Mayo, que se firmó el 9 de julio en Tucumán. “Ese acuerdo entre el Presidente y los gobernadores estableció, entre otras medidas, que el nivel de gasto debía llegar al 25% del Producto Bruto Interno (PBI). Pero hemos visto que en tiempos del kirchnerismo eso alcanzó a entre un 45% y un 48%”, puntualiza. El doctor en Economía acota que, con la última crisis, ese ratio cayó al 41% hasta ubicarse en un 33%. “Lo que queda para bajar hasta un 25% no lo veremos desde el punto de vista de la baja del gasto, sino desde la recuperación de la economía y de la mejora en la recaudación, es decir, con un PBI más grande y con un gasto que crece menos”, explica. Desde esa óptica, el analista señala que siempre hay espacio para seguir disminuyendo el gasto público, pero seguramente será con menos motosierra y más rebote de la economía.

De acuerdo con un trabajo del Centro de Economía Política (CEPA), el gasto público total ascendió a $8,2 billones en septiembre, con una caída real interanual de 25,2%, algo menos severa que el ajuste acumulado anual de 29,5%. Las mayores reducciones por su magnitud se observaron en jubilaciones (-11% en septiembre) y obra pública (-73%).

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Las obras en educación (-98%) y vivienda (-93%) están prácticamente paralizadas. La menor caída del rubro la exhibe energía (-35%) en el marco de la construcción de la Planta Compresora de Salliqueló.

Los subsidios económicos se redujeron 13% al igual que en agosto, constituyendo el menor recorte interanual en lo que va de 2024.

De cada $ 100 recortados, indica el reporte al que accedió nuestro diario, $ 25,3o provinieron de jubilaciones, $ 23,70 de la obra pública y $ 13,40 de los subsidios. Le siguen en importancia Gastos de funcionamiento del Estado ($12,30), Prestaciones sociales ($10,60) y Transferencias a provincias ($7,70)

A septiembre, el superávit fiscal acumulado fue $1,9 billones mayor a la meta acordada con el FMI. A pesar del margen para gastar más, el gobierno optó por no aumentar jubilaciones, ni recomponer salarios universitarios o reactivar la obra pública, lo que demuestra su falta de sensibilidad social.

Así, el gobierno cumplió la meta fiscal con el FMI correspondiente a la última revisión del programa acordado en 2022 para el repago del préstamo tomado en 2018. Sin embargo, deberá pedir un waiver por la meta de reservas netas, que no fue alcanzada. Si el gobierno no negocia un nuevo acuerdo, comenzará el pago del capital y los intereses del préstamo, finaliza CEPA.

Comportamiento fiscal 

El comportamiento fiscal de la gestión presidencial de Milei constituye la primera carta de presentación para la recuperación de la confianza por parte del mercado. El ancla fiscal es imperiosa en los planes de normalización de la economía. Según un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), durante los primeros nueve meses del año, los ingresos totales cayeron un 6,3% real interanual, mientras que el gasto primario descendió un 29,5% interanual. Como resultado, el superávit primario ascendió a $ 9,5 billones, equivalente a 1,7% del PBI. El superávit fiscal, por su parte,  ascendió a $ 2,4 billones, equivalente a 0,43% del PBI.

El ajuste fiscal en lo que va del año es equivalente a 3 puntos porcentuales del PBI, señala el informe del instituto que dirige el economista Nadin Argañaraz.

En un extenso artículo, The Financial Times destaca que Milei cumplió su promesa de campaña de “llevar una motosierra al Estado”, erradicando años de fuertes déficits gubernamentales e impresión de dinero deteniendo el gasto de capital, reduciendo la nómina gubernamental y disminuyendo las pensiones y los salarios del sector estatal.

Sin embargo, “si bien hay algunos signos de que la actividad económica tocó fondo (creció un 1,7% mensual en julio según los últimos datos del Gobierno), el gasto de los consumidores, la industria y la construcción seguirán profundamente deprimidos en comparación con 2023”, advierten.

En el artículo también destacan que el número de argentinos en situación de pobreza aumentó al 53%, la mayor cantidad en 20 años y el desempleo en el segundo trimestre de este año fue un 1,4 % superior al del mismo trimestre del año pasado, revelan.

Milei admitió que lo más duro del ajuste se hizo en las vacaciones

La publicación del diario británico también sostiene que “la mayoría de los inversores extranjeros quieren ver qué tan duradero resulta el experimento de Milei antes de abrir sus talonarios de cheques”.

Otro de los conflictos que se mencionan es que la industria nacional está siendo presionada por la fortaleza del peso, lo que también hace más difícil para el gobierno ahorrar los dólares que necesita para pagar la deuda.

Por último explican que Argentina también enfrenta presión financiera externa, con más de U$S 14.000 millones de dólares en pagos de deuda que vencen el próximo año y sin posibilidad de pedir prestado dinero fresco en los mercados internacionales hasta que la economía sea más fuerte.