Por César Chelala

Columnista invitado  

Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) son ampliamente consideradas uno de los ejércitos más poderosos del mundo. Y, según los líderes israelíes, son “el ejército más moral del mundo”. ¿Cómo, entonces, reconciliar estas declaraciones con lo que está sucediendo en Gaza y Líbano, donde decenas de miles de mujeres y niños han sido asesinadas o heridas en el conflicto con los palestinos?

El 13 y 14 de octubre, docenas de civiles palestinos fueron asesinados y muchos más heridos por los ataques de las FDI contra un hospital de Gaza y varios campos de refugiados. Los muertos incluyeron mujeres que esperaban que les entreguen comida y niños jugando. Las FDI afirman que solo operan contra los terroristas y están investigando el incidente, una excusa poco convincente cuando prácticamente nunca estas investigaciones de los militares israelíes dan como resultado un castigo para aquellos culpables de delitos graves.

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La Agencia de Alivio y Obras de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente –United Nations Relief and Works Agency for Palestine Refugees in the Near East (Unrwa)– afirma que las FDI bombardearon docenas de personas hambrientas que esperaban comida en un centro de distribución en el campo de refugiados de Jabalia. Docenas de casas fueron destruidas durante esas acciones. La organización humanitaria Save the Children estimó en junio pasado que alrededor de 21.000 niños están desaparecidos en la Franja de Gaza y que aproximadamente 4.000 niños están enterrados bajo escombros. “Ningún padre debería tener que cavar en escombros o tumbas en masa para tratar de encontrar el cuerpo de su hijo”, dijo Jeremy Stoner, Director Regional de Save the Children para el Medio Oriente.

Unicef informa que se han disparado los casos de diarrea en Gaza en niños menores de cinco años, mientras que han subido los de sarna; piojos; varicela; erupciones cutáneas; infecciones respiratorias y gastrointestinales. Cientos de miles de niños han sido asesinados o heridos y más de medio millón de niños necesitan apoyo psicológico debido al trauma sostenido. La desnutrición es rampante; cuando se dejan sin tratamiento, la desnutrición y la enfermedad, son una combinación mortal.

En agosto pasado, un bebé de 10 meses quedó paralizado parcialmente después de contraer polio en Gaza. Según la Organización Mundial de la Salud, Gaza no registró un solo caso de polio durante 25 años. Debido a las pésimas condiciones sanitarias, el poliovirus tipo 2 se detectó en junio pasado, en muestras recolectadas de las aguas residuales o contaminadas.

Las organizaciones humanitarias culpan el resurgimiento de la poliomielitis en Gaza a la interrupción de los programas de vacunación y el daño masivo de los sistemas de agua y saneamiento. “Cientos de miles de niños en Gaza están en riesgo”, dijo el secretario general de la ONU, António Guterres. La directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russel, expresó que el resurgimiento del virus en la Franja de Gaza, después de 25 años es “otro recordatorio aleccionador de cuán caótica, desesperada y peligrosa se ha vuelto la situación”. El Ministerio de Salud de Gaza acusó a las FDI de intensificar “su objetivo en el sistema de salud” en el norte de Gaza, ya que más hospitales fueron asediados o cayeron bajo fuego.

Las acciones de las FDI en Gaza y el Líbano, que han resultado en la muerte de miles de mujeres y niños, han sido ampliamente condenadas. Según el Ministerio de Salud del Líbano, al menos 2.412 personas han sido asesinadas durante los ataques de las FDI. El Ministerio de Salud de Gaza informó que 42.519 personas han sido asesinadas en Gaza y según la misma fuente, docenas de personas fueron asesinadas o heridas después de un ataque de las FDI en la ciudad de Beit Lahia.

Durante un viaje reciente a Bélgica, el Papa Francisco sugirió que los ataques de las FDI en Gaza y el Líbano han sido “inmorales” y desproporcionados, diciendo que van más allá de las reglas de la guerra. Según la ley internacional humanitaria, “el daño causado a los civiles protegidos o a la propiedad civil, debe ser proporcional y ‘no excesivo en relación con la ventaja militar concreta y directa prevista’ por un ataque contra un objetivo militar”.

Luis Moreno Ocampo, el fiscal jefe de la Corte Penal Internacional investigó las acusaciones de crímenes de guerra durante la invasión de Irak en 2003. En una carta abierta que contiene sus hallazgos, aclara el uso de la proporcionalidad. En la carta, dice: “Un delito ocurre si hay un ataque intencional dirigido contra civiles (principio de distinción) (Artículo 8 (2) (b) (i)) o se lanza un ataque sobre un objetivo militar, en el conocimiento de que las lesiones civiles incidentales serían claramente excesivas en relación con la ventaja militar anticipada (principio de proporcionalidad) (Artículo 8 (2) (b) (iv)).

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La FDI viola constantemente las reglas de guerra elementales. Como Omer Bartov, profesor de Estudios de Holocausto y Genocidio en la Universidad de Brown, escribió: “Si realmente creemos que el Holocausto nos enseñó una lección sobre la necesidad o realmente, el deber, para preservar nuestra propia humanidad y dignidad protegiendo a los demás, este es el momento de ponerse de pie y levantar nuestras voces, antes de que el liderazgo de Israel se hunda, con sus vecinos en el abismo”.

A medida que bombas de 2.000 libras continúan cayendo sobre mujeres y niños, el primer ministro Netanyahu se pavonea entre sus tropas. No está preocupado por el mal que está causando, a pesar de que Gaza y el Líbano se convierten no solo en un cementerio para las personas, sino también en un cementerio de la esperanza y la paz en la región.