Las elecciones presidenciales en los Estados Unidos están a la vuelta de la esquina. El 5 de noviembre comenzará a develarse quién sucederá a Joe Biden. Si habrá continuidad demócrata con Kamala Harris o si, por el contrario, el republicano Donald Trump vuelve a ocupar el máximo cargo institucional en el país del norte. Los comicios están muy reñidos que, el voto a voto, es el escenario de estos tiempos. De hecho, las últimas encuestas que se han difundido en los principales medios estadounidenses muestran una paridad absoluta, por lo que la tarea del Colegio Electoral de ese país será tan ardua como polémica. Al menos así lo vislumbra Richard Feinberg, profesor emérito de Economía Política Internacional en la Universidad de California en San Diego. De visita en la Argentina, el experto en comercio e inversión, globalización, democratización y organizaciones no gubernamentales señala que el voto latino puede resultar clave para inclinar la balanza. De hecho, antes de que Biden sea proclamado presidente de los Estados Unidos, el catedrático llegó a proponer que el plan económico de su país debía incluir la mejora en ciertos países de América latina, como una manera de sostener una política exterior amigable con los países más cercanos. Desde la embajada de EEUU en Buenos Aires, Feinberg habló telefónicamente con LA GACETA acerca de los comicios en su país, su incidencia en la economía global y, particularmente, sobre su visión del futuro de la Argentina, bajo la presidencia de Javier Milei.
-En alguna oportunidad, dijo que América latina era un aliado estratégico en los planes estadounidenses. ¿Hoy aquel concepto se potencia por la importancia del voto latino en las elecciones presidenciales en ese país?
-El mundo latino es muy diverso y cobra gran relevancia cada vez que se acerca un turno electoral. Tienes mexicanos, de Cuba, de Nicaragua, de Venezuela y de otros países caribeños, por lo que no es un bloque uniforme dentro de los Estados Unidos. Pero la mayoría de ellos se inclinan por las propuestas demócratas, básicamente por razones económicas, pero no son todos. Los republicanos saben que no tendrán mayoría de votos latinos. Dentro de ese partido, contar con una adhesión del 35% al 40% del voto latino es un escenario de importancia. Su estrategia apunta hacia otro sector de la sociedad norteamericana y tratar de restar fuerza política a los demócratas.
-¿Perdura todavía aquel eslogan del “gran sueño americano” en aquellos que tratan de radicarse en su país? ¿Existe, en la actualidad, esa posibilidad de ascenso social?
-En ese proceso de ascenso social, hay movilidad ascendente; se puede avanzar. Le pongo un ejemplo: hasta hace poco me desempeñé como profesor en la Universidad de California, San Diego, y, más o menos, la mitad de los estudiantes son de la primera generación, que van a estudiar en sus familias que vienen de la clase trabajadora de la inmigración. La gente va a tener un buen documento universitario e ingresa a la clase media, con movilidad social. En el mismo ejército americano, la mayoría que ingresa son de pueblos pequeños y salen de la fuerza como parte de su trabajo en la clase media. El sueño americano es posible.
-¿Cómo observa el contexto económico de su país? El mundo está pendiente de las decisiones de la Reserva Federal.
-En general, la economía está funcionando bien. Hubo un brote de inflación que se está disipando. La tasa de inflación está en un 2%, más o menos; la tasa de interés que era del 5% está en 3%; hay empleo pleno, que quiere decir que las personas que quieren trabajar encuentran un puesto. Está caminando bien. No todo el mundo es mejor hoy que ayer, pero en general la economía marcha bien.
- En la Argentina, el presidente Javier Milei tiene esperanzas de avanzar en sus medidas tomando también en cuenta los resultados electorales en EEUU. ¿Qué pasará con las inversiones?
-Las inversiones, si no hay mayores problemas, si gana Kamala Harris o Donald Trump, habrá derrame. Pero si hay una elección con irregularidades y acusaciones, es difícil saber qué es lo que puede pasar. Esperemos que eso no suceda, pero hay cierto nerviosismo en los Estados Unidos por el ambiente político. En cuanto a la política de ambos candidatos. Harris sería la continuidad de la política actual, de los mercados abiertos, para las inversiones en América latina que funciona en la Argentina como en el resto de los países de la región, con campos de cooperación en distintas facetas y cadena de valor en energía en general, litio, energía renovable, entre otras. Si Trump gana las elecciones, él dice que está pensando en poner trabas fuertes en contra de todo el mundo. Eso sería perjudicial para todos los países de América latina. Él dice cosas que no ayudan a la negociación y es una amenaza para mejorar su posición negociadora. Está la incertidumbre respecto a cuál será la política comercial de los Estados Unidos si Trump se impone.
-¿Cómo observa las medidas que adoptó para la Argentina el presidente Javier Milei?
-De lo que yo pude observar, desde hace muchos años, la economía de la Argentina no ha funcionado con la potencialidad que posee el país. Milei y su equipo están tratando de enderezar la economía. No es la primera vez que se intenta aplicar este tipo de recetas en el país. Recuerdo que durante la presidencia de Carlos Menem, su ministro de Economía Domingo Cavallo puso en marcha medidas similares que al principio tuvieron éxito, pero que en los últimos años de esa administración fracasaron. Tanto aquí, gran parte de la sociedad, como también en Estados Unidos, esperamos que la Argentina tenga éxito para mejorar su economía, crear un ambiente para la llegada de las inversiones internacionales y mejorar la calidad de vida de su población, con buena infraestructura. Todos quieren un futuro mejor. Lo difícil para la Argentina es que, después de tantos años de buscar la manera de enderezar el rumbo económico del país y tratar de estabilizarlo, sin lograr esa meta, se mantenga el escepticismo. Hay que tener paciencia para aplicar las medidas, que sí son sostenibles y son legítimas. Requiere el apoyo del pueblo argentino.
-¿Cómo proyecta la economía que viene?
-Los informes de las instituciones internacionales sostienen que en los próximos años la economía mundial seguirá creciendo a ritmo moderado, con diferencias entre unos y otros países. En el caso de América latina, México anda por al 2% y 3% de crecimiento; la Argentina este año tendrá signos negativos en su actividad, pero que la recuperación llegará en 2025. El ambiente internacional, en general, muestra que hay mercado para los productos de la Argentina y mucho capital en el planeta que quieren colocar inversiones y, particularmente para la Argentina, si el país mejora su ambiente para los negocios.
-¿El dólar seguirá siendo la moneda fuerte en el planeta, ante la amenaza de China como potencia económica?
-El dólar sigue siendo una moneda fuerte. Como norteamericano, tuve experiencia de que eso es así, en un viaje a Japón, en la que mis gastos se consolidaron con el uso de pocos dólares. Pero nadie sabe por cuánto tiempo más nuestra divisa seguirá siendo fuerte, como hasta ahora. La idea de que sea reemplazada con otras monedas, como la China, es pura fantasía, por muchas razones, continuará siendo la moneda fuerte en las operaciones y en las transacciones internacionales.
› Richard feinberg
Su participación en la política exterior de EEUU abarca cuatro décadas de servicio -en la Casa Blanca, el Departamento de Estado y el Departamento del Tesoro- numerosos institutos de políticas públicas con sede en Washington, el Cuerpo de Paz en Chile y el ámbito académico. Feinberg es una autoridad en política exterior de EEUU, instituciones multilaterales (FMI, Banco Mundial, NAFTA) y cumbres internacionales (APEC, de las Américas y G-8, entre otras).