Deyverson Brum Silva Acosta será un nombre que, por mucho tiempo, los hinchas de River no podrán leer ni mencionar. Es que desde anoche tendrán pesadillas con él. El delantero de 33 años -que el año pasado admitió ser hincha de Boca y dijo que sueña con jugar en el “Xeneize”- marcó un doblete y puso a su equipo con un pie en la final de la Copa Libertadores.
El 3-0 de Atlético Mineiro tiene aroma a definitorio. Si bien todavía se debe jugar la vuelta en Buenos Aires, el equipo “Millonario” quedó obligado a realizar un partido perfecto en la vuelta y mucho de eso tiene que ver Deyverson: el platinado que había sido clave para que su equipo elimine a Fluminense en los cuartos, ayer volvió a romperla.
Más allá de los goles volvió loco a los jugadores riverplatenses con gestos, festejos y movimientos que sacan de quicio a cualquier futbolista. Deyverson es el típico jugador con ADN brasileño: de carrera extravagante (jugó en Europa, pero no lució) habilidoso, goleador y provocador. Así jugó la ida de las semifinales y así jugará la vuelta.
Desde aquí hasta el martes mucho se va a hablar del planteo táctico que eligió Marcelo Gallardo y de cómo Gabriel Milito -estratega de aquellos- le puso a Hulk, Deyverson y Paulinho para que los centrales “millonarios” jueguen mano a mano. Estropeando así los planes de “Muñeco” de jugar con una falsa linea de cinco en el fondo, que en realidad posiciona a los laterales casi como volantes para tener supremacía en el mediocampo.
En la primera del partido Atlético Mineiro se puso en ventaja, pero el árbitro Jesús Valenzuela -a instancias del VAR- anuló el gol de Deyverson por offside, aunque omitió una mano previa de Leandro González Pirez sancionable que hubiera significado penal para los locales. Pese a ese guiño del árbitro venezolano, River no pudo hacer pie en un primer tiempo que se jugó al ritmo del Mineiro.
La apertura del marcador llegó finalmente a los 22 del primer tiempo. Pelozato largo para los delanteros, Hulk se llevó por delante a Germán Pezzella y ni Paulo Díaz ni González Pirez cubrieron las espaldas del central de la Selección Argentina y Deyverson capturó el reboté, eludió a Franco Armani y definió prácticamente dentro del arco. Así, Gallardo se encontró con un 0-1 previsible por como estaba llevando su equipo el partido y 70 minutos por delante.
River perdió la mitad de la cancha y allí estuvo la clave de la noche; el primer atisbo de recuperación recién llegó a los 60’ con los cambis de “Muñeco”. Afuera Simón, Fonseca y “Nacho” Fernández de pobrísimo partido. Los ingresos de Manuel Lanzini, Rodrigo Villagra y Maximiliano Meza le dieron otra impronta a la mitad de la cancha, pero apenas por un puñado de minutos.
Con esos cambios, Gallardo acomodó a Miguel Borja como centrodelantero y mandó a Facundo Colidio y Meza como extremos por derecha e izquierda respectivamente. Con la agilidad de Lanzini empezaron a aparecer los espacios y por eso el equipo argentino se acercó al arco de Everson, pero poco a poco comenzó a dejar espacios en el fondo y a jugar al límite.
Desde los cambios y durante 10 minutos, el “Millonario” jugó en campo rival. Con buenos anticipos de los centrales, durante esos minutos, el equipo de Gallardo recuperó la pelota en campo contrario, pero el equipo se empezó a hacer cada vez más largo y los espacios comenzaron a aparecer para los ataques “galos”.
A los 70’, Deyverson marcó su doblete tras una buena habilitación de Paulinho y a los 75’, cuando el “Millonario” todavía estaba golpeado por el segundo tanto, llegó el 3-0 que empezó a inclinar la serie para los brasileros. Aunque todavía quede el partido de vuelta y River, especialmente con Gallardo, está acostumbrado a las hazañas coperas, los últimos minutos de ayer en el Mineirao fueron de un equipo vencido. ¿Tendrá el “Muñeco” la mística de su primer ciclo para dar vuelta la historia? Habrá que esperar unos días para saberlo, mientras tanto los simpatizantes soñarán con un tal Deyverson, que anoche hizo de las suyas.