En un rincón de un gimnasio ubicado en Junín al 500, donde el sudor y la vitalidad se entrelazan, está Nancy, una jubilada de 82 años que decidió vivir la vida a plenitud. Su energía es contagiosa, y su historia, inspiradora. Con una sonrisa radiante, contó a LA GACETA sobre su reciente aventura: volar en parapente, una experiencia que marcó un antes y un después en su vida.
A pesar de su edad, Nancy se niega a dejar que los años definan su vida. “Cuando volé, sentí que el viento me llevaba a donde quería. Me dije: no puedo dejar que el miedo me detenga”, relata, mientras recuerda la emoción de estar en el aire.
Nancy siempre había tenido la inquietud de ver el mundo desde las alturas. Al cumplir 80 años, sus hijas le regalaron esa experiencia que tanto deseaba, y no se detuvo ahí; al año siguiente, su hija le sorprendió nuevamente con un nuevo vuelo. “Fue maravilloso. Vi un pájaro volar junto a mí, ¡espectacular!”, comparte, con los ojos brillantes de felicidad.
Su vida activa no se limita al aire. Tres veces a la semana se encuentra en el gimnasio levantando pesas y haciendo ejercicios que le permiten mantener su movilidad y energía. “No quiero quedarme frente al televisor. Prefiero moverme, compartir con otros, disfrutar de la vida”, dice la mujer, quien resalta la importancia de la actividad física en la jubilación. Para Nancy, el ejercicio es fundamental no solo para el cuerpo, sino también para el alma.
“Dedíquense a ustedes mismos. No se preocupen por lo que digan los demás. Lo importante es estar bien consigo mismo”, aconseja, un mensaje claro para quienes la escuchan. Con sus palabras, se convierte en un faro de luz para otros jubilados, demostrando que no hay límites para vivir plenamente, sin importar la edad.
Cuando se le consultó sobre su rutina en el gimnasio, Nancy explica que realiza ejercicios que le dan movilidad, como levantamientos y estiramientos, todo con la supervisión de un entrenador que la guía y la anima. “Esto me hace sentir bien y me da fuerza”, asegura.
Sobre el final, Nancy deja un mensaje de aliento y vitalidad: “¡Vayan a un gimnasio, monten en bicicleta, disfruten de lo que les queda!”
Su energía, su risa y su audacia hace recordar que la vida es un regalo que debemos disfrutar en cada momento, sin importar la edad. Porque Nancy es la prueba viviente de que nunca es tarde para volar y que cada día es una nueva oportunidad para desafiar nuestros límites y perseguir nuestros sueños.