DETROIT, Estados Unidos.- Entre la defensa que hizo Kamala Harris de los sindicatos y la promesa de Donald Trump de causar “un éxodo masivo de empleos manufactureros de México” por la imposición de aranceles, hay un abismo que se llena con burlas y convocatoria de celebridades. La campaña por la presidencia de Estados Unidos toma impulso hacia el 5 de noviembre y se calienta cada día.

Más de 10 millones de estadounidenses ya han votado, de los cuales más de tres millones en unos siete estados clave que podrían decidir los resultados de los comicios, según la Universidad de Florida.

La edad, un tema de campaña cuando el presidente Joe Biden era el candidato demócrata, hasta que pasó el testigo a Harris, volvió a acaparar el interés. “Si uno está agotado durante la campaña electoral ¿está en condiciones para el trabajo más difícil del mundo?”, se preguntó la vicepresidenta, de 59 años, sobre Trump, de 78, después de que la prensa publicara que el magnate canceló entrevistas.

Un aguijonazo para el ex presidente republicano, que negó a los periodistas que haya cancelado actos y tachó a su rival de “perdedora” que “no tiene la energía de un conejo”.

En Michigan, base de las “tres grandes” fábricas de automóviles (Ford, General Motors y Chrysler), Harris salió en defensa de los sindicatos porque aportan dignidad.

Prometió reequipar las fábricas, contratar localmente y trabajar con los sindicatos para crear empleos bien remunerados, incluidos empleos que no requieran un título universitario.

“No se equivoquen, Donald Trump no es amigo de los obreros”, advirtió Harris a un público que le cantó cumpleaños feliz.

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En Pensilvania, Trump eligió burlarse de su rival, cocinando papas fritas con un disfraz de empleado en un McDonald’s, un empleo que Harris contó que tuvo cuando era joven. Sin pruebas, Trump dice que es mentira.

En Detroit, antiguo bastión de la industria automovilística, el magnate explicó que impondrá “aranceles gigantescos, 100% y, si eso no funciona” del “200%” con el fin de impedir que las compañías fabriquen coches en el extranjero para luego venderlos en Estados Unidos. La palabra arancel “es más hermosa que amor”, dijo durante una mesa redonda.

La batalla también se libra en el mundo del espectáculo. La leyenda de la música Stevie Wonder acompañó a Harris en una de sus paradas en un suburbio de Atlanta, la capital del estado de Georgia, le cantó el “Feliz cumpleaños” y pidió a los ciudadanos que piensen “más que en sí mismos al votar”.

Harris insistió en que Estados Unidos es un país que se basa “en hacer cosas enfocadas en el mejor interés” de sus hijos y familias, ayudando a las personas a salir de la pobreza. Antes, al visitar una iglesia bautista cerca de Atlanta, pidió a una congregación negra que tengan valores compasivos mientras otros “difunden el odio, siembran el miedo y causan el caos”.

Buen samaritano

Dirigiéndose a feligreses afroamericanos -grupo tradicionalmente demócrata-, usó la parábola del buen samaritano para pedirles que hagan “brillar la luz en momentos de oscuridad”.

Entre los apoyos que recibió Trump está el del fundador de Tesla y SpaceX, Elon Musk, que se unió personalmente a la campaña de Trump en Pensilvania.

Harris tuvo el apoyo de estrellas de la música como Lizzo y Usher para acercarse a los votantes. Lizzo arrancó aplausos cuando dijo que Estados Unidos está más que preparado para su primera presidenta, haciendo alusión a un verso de uno de sus éxitos: “It’s about damn time!” (¡Ya es la maldita hora!, en español).