El mundo de la música está conmocionado por lo sucedido en la tarde de este miércoles, en el barrio porteño de Palermo. El ex One Direction Liam Payne, que tenía 31 años, fue encontrado sin vida tras caer del tercer piso del hotel en el que se hospedaba.

Desde que saltó a la fama, cuando audicionó en el reality británico The X Factor y conformó la boy band (también integrada por Harry Styles, Louis Tomlinson, Niall Horan y Zayn Malik) su vida estuvo marcada por los excesos de drogas y alcohol.

Junto a la banda, firmó su primer contrato discográfico con Sony Music, grabó cinco exitosos discos, alcanzó la cima de las listas musicales más importantes y encabezó cuatro giras mundiales.

Pero a medida que la fama crecía, Liam desarrollaba trastornos de salud mental como la agorafobia, la ansiedad y el alcoholismo. 

Tras la separación del conjunto musical y el nacimiento de su hijo Bear -que tuvo con la cantante británica, Cheryl Tweedy- ingresó a rehabilitación para retomar el control de su vida.

Liam atravesaba un oscuro periodo en su vida que contó con “momentos difíciles y tóxicos”, ya que enfrentaba dificultades para lidiar con la fama. “Fui muy afortunado por haber podido sostener mi carrera durante tanto tiempo, pero pasaron cosas de las que jamás hablé y que dejaron cicatrices en mí. Fue severo”, reflexionó en una entrevista.

El cantante reveló que su alcoholismo comenzó cuando el equipo que estaba a cargo de a la banda, los encerraba en habitaciones de hotel para “garantizar su seguridad” en medio de sus compromisos laborales por la magnitud que adquirió One Direction en el mundo.

“¿Y qué hay allí? ¡Minibar! Entonces yo solo pensaba: ‘Voy a beber yo solo’ y eso se mantuvo conmigo durante muchos años de mi vida”, expresó.

“Desde afuera parecía que podíamos hacer lo que quisiéramos, pero estábamos encerrados. Íbamos del auto al hotel, nos subíamos al escenario para cantar y luego volvíamos al encierro, y cuando eres un adolescente necesitas libertad. Bebí alcohol durante mucho tiempo, pero era la única manera de sacarme la frustración al final del día”, confesó el artista.

Cuando One Direction llegó a su fin en 2016, Liam aseguró que se sintió aliviado: "El día que la banda terminó pensé, 'gracias a Dios' y sé que mucha gente se enoja conmigo por decir eso, pero necesitaba detenerme o habría muerto".

Tocar fondo

A principios del año pasado, Liam preocupó a sus fanáticos tras desaparecer de las redes sociales abruptamente. Al reaparecer en YouTube, el cantante confesó que había ingresado a un programa de 100 días en rehabilitación para tratar su alcoholismo, ya que no lograba mantener la sobriedad durante largos periodos de tiempo sin ayuda profesional y tras su salida del centro, alcanzó seis meses sin consumir bebidas alcohólicas.

"Necesitaba tomarme un poco de tiempo, porque ya no me reconocía a mi mismo. No tuve mi teléfono por 100 días y tampoco me conecté con el mundo exterior en absoluto. La parte más difícil fue encender mi celular otra vez. Eso me dio miedo, pero es bueno estar en esta posición, porque ya no necesito esas cosas. La fiesta se terminó", reconoció.

Liam no sólo padeció alcoholismo, sino también ansiedad y agorafobia -es decir, miedo intenso a estar en lugares abiertos o en situaciones de las que quizás sea difícil escapar o no haya ayuda disponible-.

“Desgraciadamente creo que es algo que le sucede a todo el mundo en esta industria, y tienes que tratar de superarlo lo antes posible. La parte más difícil es cuando te estás preparando para salir, sabiendo que lo más probable, es que alguien te saque una foto allí afuera”, explicó.

El ex integrante de One Direction compartió que hubo épocas en su vida en las que "casi nunca salía de su casa” y que existieron días en los que “ni siquiera podía pensar en salir a la calle”. “Solía tener unos ataques de ansiedad brutales. Me paralizaban, y me quedaba en el coche transpirando, y pensando que simplemente no quería estar ahí", recordó.

El año pasado, Payne debió cancelar un show en la Argentina a causa de un problemas de salud. Esta tarde, falleció en un hotel de Palermo.