El arte mural está en Tucumán desde principios del siglo pasado. Actualmente está presente en cientos de paredes y probablemente siga estando en el futuro mientras continúen encontrando la forma de adaptarse a los muros de nuestra provincia. En 1904, la escultora Lola Mora hizo dos enormes murales de bronce para conmemorar los más grandes sucesos patrióticos de la Nación: la Jura de la Independencia y la convocatoria popular del 25 de Mayo. Desde hace varios años (mucho más cerca de estos tiempos), la costumbre de pintar en paredes fue haciéndose más y más fuerte. En la previa del verano 2024/25, al menos en Tucumán, parece haber comenzado una nueva forma de esta expresión: murales en piletas.
Constanza Vidal tiene 28 años y durante los últimos cuatro ha pintado paredes de su casa, de la de amigos, de bares, empresas, entre otras. Oficialmente es licenciada en diseño gráfico, pero en este último tiempo se ha dedicado exclusivamente a hacer murales con su emprendimiento "Pigmento Murales". La idea de plasmar sus diseños bajo el agua surgió esta primavera, pero es algo que ya había visto durante una visita previa a México.
“Veo lienzos en blanco en todos lados y las piletas me inspiran. Es un espacio de creatividad que se combina también con pasarla bien, porque al alrededor de una pileta una suele estar familiares o amigos”, cuenta Vidal.
Los primeros murales que hizo ella se plasmaron sobre las paredes de las piletas, pero también sobre el piso, generalmente con un diseño uniforme. Técnicamente, el mural es una técnica de pintura que usa como soporte un muro o una pared, pero muralistas como Vidal terminan haciendo un diseño uniforme entre piso y paredes, por lo que quedan incluidos dentro de la misma pieza.
Un ejemplo icónico de una pintura mural utilizando el piso de una pileta pertenece nada menos que a Pablo Picasso. El emblemático artista pintó en la piscina de su amigo, el bailarín de flamenco, Antonio Ruiz Soler en Marbella, España, transformando ese espacio en una obra maestra al aire libre. El dibujo consiste trazos negros que forman una silueta de un hombre bailando. Además, le sumó una dedicatoria que dice “para Antonio” y su firma al final con la fecha.
Otro ejemplo
Brian Alejandro Véliz cuenta que en su experiencia de casi 10 años como muralista le pidieron solo dos veces intervenir piletas. Los diseños elegidos fueron los que recordaban el fondo marino o simplemente flores. “Siempre que se intervienen los patios, los clientes incluyen los lugares alrededor de la pileta para darle personalidad al ambiente completo. Al diseño lo pone el artista, el cliente pone la idea”, explica Véliz. Eso sí, como su experiencia lo indica, no son muchos los que lo han hecho hasta ahora.
¿Qué necesito?
Según Vidal, la intervención puede llevar un día de trabajo, o dos, dependiendo del tamaño, el diseño y las horas de luz, aunque algunos artistas prefieren pintar de noche para evitar la exposición solar. La lluvia también es un factor importante. Una pileta no puede estar mucho tiempo vacía por lo que no se puede prolongar mucho más el tiempo de trabajo.
En cuanto al tipo de pintura, la especialista dice que la elegida tiene que ser apta para el material del que está fabricada la piscina.
El mural finalizado no necesita cuidados especiales ya que el dibujo funciona como una capa más de pintura y la durabilidad es la misma que la de una pintura convencional, explica Vidal. Lo importante antes de hacer el diseño es acondicionar la pileta, es decir, pintarla como lo hacen periódicamente en su mantenimiento para que el dibujo adhiera bien a la superficie.
COSAS A TENER EN CUENTA: QUÉ ES NECESARIO CONTEMPLAR
A la hora de fijar el precio de un trabajo de este estilo, los artistas coinciden que se deberán tener en cuenta muchos factores como las dimensiones de la estructura de la pileta. Es decir, el largo, ancho y profundidad; el diseño que se quiera hacer y la complejidad del mismo.
EL PRECIO PUEDE OSCILAR: EL MÍNIMO Y EL MÁXIMO
En opinión de Brian Alejandro Véliz (firma como “Nómada”), los precios rondan, aproximadamente, entre los $ 200.000, si se proporcionan los materiales y $ 600.000, como máximo, en caso contrario. De todas maneras cada pileta merecerá su análisis a la hora de poner el precio.