Luego de casi 30 años, el Código de Planeamiento Urbano (CPU) de San Miguel de Tucumán será reformado para su modernización. De su análisis surgirán aspectos como la delimitación de las zonas comerciales y residenciales para los próximos 20 años o las condiciones de edificación renovadas, que deberán responder a las necesidades de una ciudad en crecimiento. La descentralización de la administración pública es un aspecto fundamental en la materia.

El plan de desarrollo de la Capital, reglamentado bajo la ordenanza N° 2.648, fue actualizado por última vez en 1998. Está organizado en nueve capítulos, e incluye cuestiones de ocupación y de usos del suelo urbano, planos de zonificación según distritos y localización de servicios y de actividades industriales, entre otros puntos.

Según las autoridades de la Municipalidad de la Capital, el CPU vigente quedó desactualizado ante los avances de la ciudad en términos urbanísticos. “Entendiendo que ya tiene bastantes años de vigencia y que hubo una evolución del área central -sobre todo, desde 2003, a partir de la gran construcción edilicia-, para que esto no colapse es necesario que empiecen a haber algunos cambios”, consideró Luis Lobo Chaklián, secretario de Obras Públicas del municipio.

Mencionó también la aparición de nuevas centralidades y la ampliación del área central, por lo que se busca desconcentrar administrativamente la Capital y hacer llegar las oficinas públicas a lo largo del territorio. “La descentralización significa el desarrollo de nuevos sectores para que sean más atractivos y para que la ciudad se equilibre, así no depende tanto del área central”, explicó.

Añadió que el proceso está ligado a otra cuestión. “Con esto sabremos cuál es el estado real de los servicios, porque si densificamos sectores nuevos, estos necesitarán servicios e infraestructura; entonces tendremos que analizar cuáles son las condiciones en las que se encuentran y cómo avanzar”, comentó.

Además, el secretario de Obras Públicas celebró que la iniciativa seguirá el crecimiento de la ciudad para los próximos 15 a 20 años. “Todo lo que tenga que ver con descentralización es importante, es algo que hay que plantearlo en el tiempo”, afirmó.

Reuniones conjuntas

La tarea de análisis para la reforma del CPU es organizada por miembros de la Municipalidad y del Concejo Deliberante, aunque las conversaciones todavía se desarrollan de manera informal. En agosto iba a darse el lanzamiento oficial de la actividad, por parte de la intendenta, Rossana Chahla; pero se pospuso.

El presidente del cuerpo parlamentario, Fernando Juri, designó los miembros que formarán parte de la comisión especial rigiéndose de la resolución N° 4.946 de 2021, mediante la cual la anterior dirección ya había establecido los parámetros para la reforma del CPU.

Por el lado del Concejo Deliberante participarán los ediles Facundo Vargas Aignasse, Gonzalo Carrillo Leito y Emiliano Vargas Aignasse (Unión por la Patria), Gustavo Cobos, Federico Romano Norri y Leandro Argañaraz (Unión Cívica Radical), Carlos Ale (Partido por la Justicia Social) y Ramiro Ortega (Fuerza Republicana).

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La Municipalidad estará representada por Lobo Chaklián; por la jefa del área de normativa urbana, Sonia Espert; por la directora de Catastro, Claudia Carrasco, y por la directora de Planeamiento Urbano, Mónica Ailán.

“Es una prioridad para este cuerpo y para el Departamento Ejecutivo llevar este proceso adelante, la reforma es muy necesaria”, sostuvo Facundo Vargas Aignasse. El edil, que preside la comisión de Planeamiento, Desarrollo Urbano e Innovación Tecnológica en el Concejo, aseguró que el objetivo es encaminar la búsqueda hacia un CPU moderno y sustentable.

“Tenemos un Código de 1998; claramente no es moderno. En otras ciudades del mundo, por ley, cada 10 años se lo debe actualizar, lo cual es lógico porque las ciudades van creciendo. Pretendemos tener un código que no sólo hable del uso del suelo, sino también que incorpore conceptos como el ambiente y la movilidad urbana, que son los grandes problemas de las ciudades hoy en la ciudades”, desarrolló el concejal.

Precisó que, si bien resta que se presente oficialmente la comisión de trabajo, la metodología de estudio del CPU consistiría en una la realización de una serie de reuniones divididas según la temática -al menos dos veces por mes- hasta que quede conformado el proyecto, que luego será sometido a consideración del Concejo Deliberante.