En la hoja de ruta del recorrido del gobernador de Tucumán hay paradas prioritarias marcadas con resaltador fluo y otras, tachadas (quedarán para más adelante). También hay estaciones intermedias, inesperadas, en las que Osvaldo Jaldo se tiene que detener. Ha pasado un año desde que el tranqueño ocupa el espacio de mayor poder de la Provincia y en este tramo que viene, hay caminos sinuosos y complejos marcados en el mapa para el conductor de la gestión y del PJ tucumano.
El contexto no es fácil: la situación social y económica es dura y condiciona a toda la dirigencia. A esto se suma que en el Gobierno central, La Libertad Avanza recién comienza a acomodarse y las administraciones provinciales, todas de signos políticos diferentes al del presidente Javier Milei, padecen los vaivenes de ese proceso. Sobre todo, en materia de recursos.
Jaldo es uno de los gobernadores dialoguistas y la última prueba fue el aval de sus tres diputados al veto a la Ley de financiamiento universitario. Un poco por necesidad y un poco por convicción, el tucumano fue determinante para este triunfo de Milei y esa es una ficha que podrá hacer valer en la mesa de negociación durante las próximas gestiones ante la administración central.
El mandatario local lleva adelante las acciones de gobierno y las partidarias. Y como todo es política, a veces los tantos se mezclan naturalmente. Un botón de muestra de este mix -y de lo inesperado en el itinerario- es lo que sucede con el transporte público de pasajeros.
El asunto no estaba en los planes originales como prioritario, pero pronto se convertirá en una de las banderas del Gobierno.
El miércoles, la Legislatura tratará el DNU de Jaldo que habilita a la Provincia a comprar 100 colectivos nuevos para los servicios del interior (interurbanos y rurales). El Gobierno los comprará y retendrá los subsidios a las empresas de la actividad como forma de pago. La Casa de Gobierno da por descontado que se aprobará, pese a los reparos de la oposición. Distintos legisladores plantearon que debería realizarse una licitación pública y no una contratación directa (previo cotejo de precios) y pidieron que parte de las unidades sean destinadas a San Miguel de Tucumán. Hay quienes ven la faz política de la cuestión en precisamente este pequeño detalle jurisdiccional.
La diferencia entre el servicio de Capital y del interior prácticamente no existía políticamente hasta hace unos meses. El Ejecutivo provincial sostenía a todos mediante aportes de dinero sin distinción.
Con menos recursos que antes por los ajustes nacionales, Jaldo comenzó a reclamar públicamente a la Municipalidad que se hiciera cargo de los subsidios para las líneas capitalinas. Mientras la intendenta Rossana Chahla se encontraba en un viaje oficial, estalló una crisis que involucró medidas de fuerza sólo en la Capital. En el Municipio hablaron entonces de extorsión y dejaron entrever sospechas de que había un trasfondo político para afectar la gestión. Hubo luego un acuerdo, pero los transportes de interior y de San Miguel quedaron como asuntos separados.
Se previó una serie de medidas entonces para resolver la problemática. En ese marco, la Municipalidad anunció que se sumarían una decena de unidades más nuevas para una línea e invitó al gobernador al acto. Esa misma mañana, antes de asistir, Jaldo convocó a una conferencia y sacó de la galera el anuncio del DNU. Si bien estaba previsto que se hiciera, todo se aceleró. Una jaldeada pura. En su estilo, el mandatario tiene este tipo de acciones que mantiene en absoluta reserva, que sorprenden y que marcan la cancha a propios y ajenos. Chahla es una figura en ascenso, que ejerce uno de los cargos de poder más significativos y que tiene gestión propia. Mantiene buena relación con Jaldo, pero no proviene precisamente de su riñón sino nada menos que del del ex gobernador Juan Manzur. Y en el mundo del jaldismo eso es absolutamente determinante. Y como con Jaldo nada es a medias tintas, redoblará la apuesta. Prometió que en un año el transporte del interior será de los mejores del país y ya planifican la adquisición de 100 ómnibus nuevos más. Es más, para esta misma semana, cuando vuelva de un viaje a Buenos Aires, tiene previsto participar de la presentación de 40 unidades nuevas y seminuevas que empresarios incorporarán a los recorridos del interior.  
Hay detalles clave incluidos en el DNU que aprobaría la Cámara y que dan cuenta de que todos los nuevos vehículos irán para el interior. El propio ministro de Economía, Daniel Abad, explicó con claridad a los presidentes de los bloques en la reunión de labor parlamentaria que ninguno será por ahora para San Miguel de Tucumán. La gestión y la política, la política en la gestión.

El camino en el PJ: entre Cristina y Quintela

La irrupción de Cristina Fernández como candidata a la presidencia del PJ nacional resonó en la dirigencia de todo el país. La antesala del 2025 electoral se complejiza en todos los distritos a partir de la interna en la provincia de Buenos Aires entre La Cámpora cristinista y el kicillofismo.

En el caso de Tucumán, la visibilidad del gobernador por su postura sobre la Ley de financiamiento universitario derivó en que la ex presidenta lo criticara elípticamente en sus redes sociales y que el otro postulante, Ricardo “El Gitano” Quintela, ensayara una defensa en los medios.

Distintas figuras nacionales habrían intentado torcer antes de la sesión el mandato de Jaldo a su bloque. Éste ni siquiera habría respondido.

El tranqueño está abocado a la reorganización del peronismo tucumano y la movilización de los organismos partidarios y de la militancia territorial. Tiene sus propios planes de ruta para blindar el PJ local y provincializar la contienda del año entrante. En principio, Jaldo cree que habrá internas contra el sector que repudia su acercamiento con la Rosada. Impulsará un frente provincial y no una réplica de lo que haga el movimiento nacional. Jaldo quiere armar la lista porque es el conductor y porque las dos bancas que pone en juego el oficialismo son del bloque Independencia (las de Agustín Fernández y Elia Fernández). Lo ideal en sus cálculos sería asegurar las que tiene y arrebatar una más a la desarticulada oposición.

El panorama local podría complicarse dependiendo de la actitud que tomen los sectores del PJ nacional que lo cuestionan. Más precisamente, el nivel de beligerancia que decidan llevar adelante. En el jaldismo creen que el impacto de la participación de Kirchner, si es que es electa, podría plasmarse en pedidos de lugares en la nómina oficial y o, en el caso más extremo, en una intervención del PJ provincial.

En cercanías del gobernador no pierden de vista que Manzur podría estar cerca de la ex mandataria y que posiblemente integre su lista de postulantes -o una de unidad- en alguna vicepresidencia (ocupa actualmente una de las cinco). De todas maneras, les hace algún ruido que el intervenido, si eso sucede, sea el propio Manzur (es presidente del PJ local).

Mencionan que a Jaldo lo tendrían sin demasiado cuidado los avatares nacionales. El gobernador sostiene ante su entorno que una cosa es el peronismo y otra muy distinta, el kirchnerismo. Al igual que él, son muchos los justicialistas que creen que el partido llegó a esta crisis de liderazgo precisamente por los “k”. En esa misma línea, sus máximos detractores internos sospechan que buscaría esa nueva posición por los inconvenientes con la Justicia y porque, de complicarse su situación judicial, podría ponerse la etiqueta de “presa política” al ser la cabeza del principal partido opositor.

En el jaldismo apuntan a que ni Mazur ni ningún dirigente de relevancia había expresado hasta ayer el aval a Fernández de Kirchner.

¿A quién apoyará Jaldo? Hay una certeza al respecto: no será a Cristina si es que hay internas. El gobernador no tiene fotos con la ex presidenta y jamás habló con ella. De hecho, no olvida que en la interna contra Manzur, el kirchnerismo jugó con Manzur. Si la puja se concreta, es probable que Jaldo defina enlistarse en las filas gitanas. El gobernador tendría buen diálogo, además, con Kicillof.

Seguirá de cerca, dicen, qué dirigentes locales aceptarán la postulación para congresales nacionales en los distintos armados.

El jaldismo y 2027

En las huestes que siguen al mandatario provincial ya se habla no sólo de las elecciones de medio término, sino de las provinciales que vendrán después. En cercanías de Jaldo afirman que cambió de parecer y que, a diferencia de lo que pensaba al inicio de su mandato, tendría tomada la decisión de aspirar a un mandato más en 2027.

En los últimos mitines las máximas figuras ya consignan que la elección de 2027 se la comienza ganando el año que viene de manera contundente.

No es extraña la mirada a futuro porque todos los gobernadores que han pasado antes sostuvieron que una gestión de cuatro años pasa rápido y que es insuficiente para concretar planes a largo plazo. Jaldo quiere, por ejemplo, terminar obras de relevancia que no estarán todas listas en los próximos tres años como el acueducto de Vipos, la doble terna energética El Bracho-Villa Quinteros o el Aeropuerto, entre otras.

Hay un asunto que deberá esperar y que puede concretarse más adelante: la reforma de la Constitución. Si bien habrá movimientos pronto en la Legislatura, es una de las paradas en el itinerario de Jaldo que quedó pospuesta por la situación social y económica. Es un hecho que este año, entonces, no habrá convocatoria para la elección de convencionales constituyentes.

Jaldo planea modificaciones sustanciales en la Carta Magna de 2006, sobre todo, para reparar los puntos judicializados y para cambiar el sistema electoral.

La marcha de la gestión

Jaldo mantendrá esta semana a tope la buena relación con la Rosada. Mañana por la mañana recibirá en la Casa de Gobierno a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y luego recorrerán la cárcel de Benjamín Paz. El complejo cuenta con un avance de obras del 60%, pero algunos sectores estarán listos antes de fin de año. La llegada de la representante de la rama del PRO más cercana a LLA se da luego de que ella elogiara los índices de seguridad tucumanos y de que incluyera al ministro local, Eugenio Aguero Gamboa, en una reunión acotada con el titular del ministerio de Justicia y Seguridad Pública de El Salvador Gustavo Villatoro, funcionario de Nayib Bukele.

El martes, en tanto, el gobernador viajará a Buenos Aires donde tendría pendientes varias reuniones con otros ministros. Volverá a tiempo para el acto por el Día de la Lealtad del jueves, en Bella Vista.

Por otro lado, en el camino Jaldo sigue revisando con lupa a su equipo de trabajo. Este mes, por ejemplo, ya hizo cambios en Recursos Hídricos. Tras la serie de cambios significativos que implementó a fines de agosto, podría haber novedades próximamente. Tras cambiar la cabeza en el Ministerio de Obras (reemplazó a Santiago Yanotti por Marcelo Nazur), analiza seguir metiendo el bisturí en oficinas dependientes de ese ministerio. No estaría conforme con el rendimiento de varios funcionarios, sobre todo, de aquellos que habrían quedado de la gestión de Manzur.

En la hoja de ruta del recorrido que sigue el gobernador hay paradas prioritarias y otras que quedaron más lejanas. El conductor hace maniobras por estos días para llegar a tiempo con los asuntos de la gestión; para mantener el equilibro con la Nación y mantenerse cerca del PJ y para, finalmente, arribar en buenos términos a las estaciones electorales de 2025 y 2027.