Por Hans-Hermann Hoppe

Javier Milei declaró que era un libertario, y no solo un libertario sino un anarcocapitalista anarco, que ve al Estado como una organización gangsteril, que considera a los impuestos como un robo y que quiere reducir al Estado a la nada. Esas fueron sus declaraciones, su programa. Mencionó, especialmente antes de ser elegido, como fuentes de inspiración, primero a mi profesor y mentor, Murray Rothbard, y también a mí. Por eso me siento autorizado a hacer un par de comentarios sobre él.

Su victoria fue, de hecho, sensacional, el hecho de que fuera elegido con un programa como este en Argentina. Un país en el hubo hiperinflación, hubo estancamiento económico, incremento de la pobreza. Dado este trasfondo, y dado su talento de showman, su victoria tenía muy poco que ver, a mi juicio, con el entendimiento de los argentinos de sus propuestas.

Los argentinos son tan estúpidos o tan inteligentes como los alemanes, los ingleses, los americanos, etc. Todos queremos un cambio, y él prometió un gran cambio.

Después de su victoria, hubo grandes celebraciones entre los libertarios en todos lados. Recibió un premio en España, otro premio en Alemania, otro en la República Checa y, como presidente electo, por supuesto recibió invitaciones a organizaciones famosas.

Fue a Davos y a otras grandes conferencias. Y allí ofreció palabras encendidas ante un público de elite. Estas personas escucharon sus palabras pero, les aseguro seguros, que entraron por un oído y salieron inmediatamente por el otro.

No había nada especial en las palabras. Palabras como esas han sido expresadas miles de veces de manera, y mejor, por otras personas.

La única diferencia fue que era una audiencia diferente. Por supuesto, nunca me invitarían a Davos a dar una charla. Nunca invitarían a Rothbard. Pero, por supuesto, podríamos haber dado una charla así fácilmente.

Mi impresión fue que durante su campaña, Milei se veía más como un antiestatista. Y durante las charlas que dio como presidente, el énfasis fue puesto en que era un antisocialista. Hubo un pequeño cambio en tono y énfasis…

Esta evaluación la hago a la distancia. No hablo español. He estado en Argentina hace años pero no la conozco a fondo. Obviamente, como todos los libertarios, estaba emocionado por la victoria pero nunca pertenecí al grupo de aplaudidores ingenuos.

He estado demasiado tiempo en este tipo de negocio. He visto muchas grandes promesas y luego he tenido grandes decepciones. Y había señales que detecté desde el principio que me hicieron bastante escéptico sobre Milei.

Aún hay controles de precios, por ejemplo. Liberalizó las leyes laborales  y algunas subvenciones fueron eliminadas. Hubo algunas privatizaciones, pero no tantas. Algunos ministerios políticamente correctos se cerraron pero una gran parte del personal se mudó a otras departamentos.

Algunos impuestos se redujeron pero otros se elevaron. También se introdujeron algunos impuestos nuevos. Y recuerden, los impuestos son un robo.

El equilibrio fiscal se logró en parte por el aumento del impuesto. Tampoco hubo una  descentralización del poder, que es un ingrediente muy importante de las ideas libertarias. Su programa centraliza el poder y limita la autonomía de varias provincias.

Milei prometió que cerraría el Banco Central y sigue existiendo.

La inflación está bajando pero sigue enorme inflación. Cortar la inflación no es tan difícil,  simplemente tienes que cerrar el Banco Central y no imprimir más dinero.  

Los argentinos tienen las mayores cantidades per cápita de dólares en sus manos, por efecto de la alta inflación. Sigue el control de cambio.

Si quieres comprar dólares con pesos, tienes que pagar un impuesto. Si querías vender, tienes que pagar un impuesto. Estos controles constituyen, por supuesto, un terrible régimen.  La solución perfecta que propusieron varios, y también Milei, fue la dolarización

Dijo que lo haría muy rápidamente. Ahora, en lugar de eso, todavía tiene un Banco Central, y el peso sigue circulando junto al dólar, con control de precios.

El señor Caputo es un antiguo banquero central, el señor Sturzenegger es un antiguo banquero central. Todas estas personas estudiaron en los Estados Unidos, son keynesianos y han trabajado en grandes bancos.

Para Murray Rothbard, para los libertarios, la mayor de todas las preguntas es la pregunta por la guerra y la paz. La visión tradicional de los libertarios, es que tomamos la posición de un país neutral, no interferimos en los asuntos de ningún otro país. Ahora, la perspectiva del mundo de Milei me sorprende. En política exterior, él es solo un chico agradable, siguiendo las líneas principales, las indicaciones.

Primero, va al FMI y, en lugar de repudiar la deuda, dice “pacta sunt servanda”, tengo que pagar hasta los contratos que hicimos. Pero no son contratos. La deuda deberá ser pagada a través de impuestos a los ciudadanos. Deberían simplemente decir: “estúpido, compraste todos estos bonos del gobierno, no te pagaré”...

Milei ama a los Estados Unidos,  no quiero decir a la población americana sino al gobierno americano. El gobierno americano es el más imperialista que existe,  el más belicoso, el que causa problemas donde sea que vaya, el que mata a cientos de miles. No hay un gobierno más peligroso en el mundo que el de los Estados Unidos.

Él ha enfatizado su admiración por Trump. Trump es un bufón, un proteccionista y también un guerrero. ¿De dónde vienen las armas que van a Ucrania y a Israel? Vienen de los Estados Unidos.

Milei también ama a Zelenski, lo llama héroe de la libertad. Zelenski también es un bufón criminal que sacrifica a la población de Ucrania por una guerra sin sentido. ¿Por qué baila en las calles con Netanyahu mientras bombardea Gaza, matando a cientos de miles de personas?

PERFIL

Hans-Hermann Hoppe (Peine, Alemania, 1949) es un filósofo que se define como paleolibertario y anarcocapitalista. Es doctor en Filosofía por la Universidad Goethe, profesor emérito de Economía de la Universidad de Nevada, miembro del Instituto, ex editor del Journal of Libertarian Studies y fundador de la Property and Freedom Society. Fue colaborador de Murray Rothbard.