En las últimas horas, el fútbol argentino se vio conmovido por la denuncia por maltrato infantil que se presentó contra Miguel Borja, delantero de River. El colombiano fue acusado por la directora del colegio al que asisten sus dos hijos, a quienes, según la denuncia, habría golpeado el goleador. Luego de las pericias, que desestimaron señales de maltrato, Borja decidió contraatacar.

Según trascendió, el delantero colombiano y su esposa, Linda, le pedirá al colegio donde sus hijos de 10 y 7 años estudian, y que está ubicado en Canning, que se retracte públicamente de las acusaciones realizadas por su directora.

La denuncia fue realizada por la directiva del establecimiento luego de que uno de los hijos de Borja asegurara, frente a una profesora, que su padre lo golpeaba. Sin embargo, la Secretaría de la Niñez realizó pericias médicas y psicológicas a los menores, y en ellas se determinó que no hubo agresión, por lo que ordenó que los chicos vuelvan con sus padres.

Luego de las pericias, la fiscal dispuso que los hijos de Borja vuelvan con sus padres

La denuncia llegó a primera hora a la UFIJ N° 3 de Ezeiza, especializada en violencia familiar y a cargo de la fiscal María Lorena González. Por la tarde, González desestimó la presentación. La simplicidad del hecho, contrasta con la complejidad que el nombre del protagonista le puso al episodio extraño, por lo menos, y que causó drama durante varias horas, aunque todavía no hay una resolución certera.

El nombre del denunciado, por presunto maltrato físico a sus hijos fue el de Miguel Ángel Borja, el goleador y figura de River Plate.

El llamado fue desde el Instituto Grilli de Canning, donde asisten los niños de 7 y 10 años. El menor fue el que le contó la supuesta situación a su maestra y el mayor habría respaldado la versión de su hermano. La directora Valeria Goluza se contactó con la Fiscalía que abrió una averiguación preliminar y citó a la familia Borja, mientras el delantero de 31 años disfrutaba del día libre antes de volver a las prácticas.

La licenciada Laura Arnal entrevistó a todos los involucrados y no habría constatado la situación. Por ahora, la causa sigue abierta y la fiscal podría disponer medidas para saber por qué los chicos contaron lo que dijeron, o directamente archivar la causa.