La marcha universitaria de la semana pasada no pasó inadvertida para la gestión de Javier Milei. Automáticamente después de que estudiantes, docentes, autoridades universitarias y organizaciones políticas dejarán plasmado su reclamo en las calles, el Gobierno nacional activó un operativo para apaciguar posibles rupturas con sus aliados en el Congreso y lograr así mantener el veto presidencial sobre la Ley de Financiamiento Universitario.

Aunque todavía queda tiempo para negociar, el Gobierno se ubica al filo del abismo porque a diferencia de lo que ocurrió con el veto a la reforma jubilatoria los votos no están asegurados y el posicionamiento del PRO es clave. Así, el veto está condicionado a la voluntad de otros y pende de un hilo.

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En este escenario, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, reveló que se había comunicado telefónicamente con Mauricio Macri con el objetivo de limar algunas asperezas. Ante esto, puede, quizás, llegar a entenderse la postura pública que adoptó el exmandatario que hace tan solo unos días atrás mantuvo reuniones con los senadores nacionales de su partido para analizar el tema. “La defensa de la universidad pública, su acceso libre, gratuito y democrático, requiere poner fin al uso político de los recursos universitarios”, fue el final del mensaje del ex presidente quien apoyó además la auditoría a las universidades que impulsa el Gobierno nacional a través de la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello.

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En su mensaje, Macri también advirtió “que la UBA enfrenta una crisis de transparencia” porque “desde 2015 no ha presentado ni una sola factura”. “Lo cierto es que acá no se está discutiendo la autonomía universitaria. Tampoco se está cuestionando el acceso a la universidad ni su funcionamiento. Lo que realmente está en disputa es ‘la suya’: la parte del presupuesto que se desvía hacia la política”, agregó.

Apoyo tácito al veto

El mensaje de Macri parece expresar un apoyo tácito al veto de Milei pero sin bajar ninguna orden al interior del bloque que preside Cristian Ritondo.

Un día antes de que el veto presidencial sea debatido en el recinto de la Cámara baja, el Congreso iniciará otra discusión clave para las aspiraciones futuras de la gestión libertaria. El Presupuesto 2025 empezará a tratarse en comisiones, y las figuras del presidente de la comisión de Presupuesto y Hacienda, José Luis Espert, la del presidente provisional del Senado, Bartolomé Abdala, y el vicejefe de Gabinete, José Rolandi, serán claves para intermediar demandas con las otras fuerzas políticas. En los pasillos del Palacio Legislativo, indican que el oficialismo no apuraría un dictamen hasta no asegurarse los votos necesarios.