Finalmente la Secretaría de Extensión de la UNT y el MUNT admitieron las propuestas del jurado y el premio mayor fue repartido en partes iguales entre los tres seleccionados.         

Los jurados Andrei Fernández, Gabriel Chaile y Bruno Juliano habían elegido tres trabajos sobre un total de 163 presentados y propuso que el premio de $700.000 fuera repartido entre los tres: Inti Soria (Monteros), María Victoria Pastrana (Amaicha del Valle) y Nahuel Ibarra (Famaillá) con las instalaciones “Buen Gobierno”, “Casa de la memoria de una migrante” y “No es el cuerpo, es la idea”, respectivamente.

Este certamen que se propone como una mirada sobre las prácticas artísticas contemporáneas otorgó ese año su Gran Premio ($700.000) y los Fondos de Estímulo para Desarrollo ($450.000), se indica en la presentación.

“Más allá de las valoraciones específicamente artísticas que se puedan realizar, el público asistirá a tres historias, tres relatos que disparan otras interpretaciones, pero que hablan de una realidad que no se puede objetar, de un pasado que sigue marcando el presente, y que no logra sino constituirse como un pasado diferido. Pero hay una cuarta en el que, tal vez, a modo de explicaciones y fundamentaciones se puedan leer en la sala central” se escribió en este diario en la edición del jueves.

En la inauguración el jurado defendió su posición de estimular la producción no consagrada.

“El Jurado de Premiación por decisión unánime concluye que cada artista merece recibir idéntico monto destinado a continuar con las experiencias de sus proyectos. No proponemos simplemente dividir el premio en tres, sino apoyar la continuidad de los proyectos y la producción de estos artistas, para alentarlos a seguir. Proponemos que se resignifique el premio en esta edición en base a la energía de la colaboración, teniendo en cuenta el hostil y amenazante escenario socio-político en Argentina”, se indica.