Unas 6.000 personas viven en riesgo frente a las tormentas de verano en la localidad de El Sacrificio, siete kilómetros al sur de Alberdi. Se trata de familias que se han instalado sobre tierras fiscales, a la orilla de canales de riego, en los parajes Domingo Millán, La Invernada, Alto El Puesto, Palo Blanco, La Florida, La Salvación, Km 9 y La Zootécnica. Desde hace años hay reclamos y proyectos de relocalización de habitantes pero la situación no ha cambiado y se va agravando, con lo que se está produciendo una suerte de éxodo forzado, aunque en unos pocos casos.
Es conocida la emergencia ocurrida en la escuela 295 de Alto El Puesto, que fue prácticamente devorada por un enorme cráter que abrieron las aguas que bajan por el camino de acceso al pueblo cuando llueve en los cerros. El peligro se fue acentuando cada año, hasta que se decidió dejar de usar el edificio que estaba al borde del barranco y se construyó una escuela nueva a 300 metros de distancia de la grieta, inaugurada en 2022. Pero nada se hizo para sistematizar los cauces que bajan del cerro y las crecientes agrandaron el socavón hasta quedar a 50 metros del edificio nuevo.
El problema está extendido. Tal como da cuenta una producción periodística reciente, la mayoría de los vecinos de estos pueblos están expuestos, en mayor o menor medida, a los riesgos que generan las furiosas crecientes que se desbordan para anegar casas y caminos. Las viviendas junto a los canales, tienen puentes precarios hechos con maderas o con pedazos de cemento desprendidos de los mismos canales por las aguas. Las causas, según se explicó, son los desmontes sin control, los canales y acequias construidos o cerrados por agricultores también sin supervisión, que han convertido los caminos en cauces de ríos en verano; y, por cierto, la ocupación indiscriminada de sitios fiscales donde no se debería permitir que se levanten viviendas. El desastre es particularmente notorio en el sector llamado La Horqueta, lleno de pedazos de cemento desperdigados, que parece haber sido blanco de un bombardeo.
Las autoridades de las comunas y el Gobierno provincial han planteado primero reubicar a familias en riesgo en casas a gestionar ante el Instituto de la Vivienda (IPV), pero la propuesta no prosperó. Ahora se intenta hacer acueductos para desviar las aguas y diques de contención pero son proyectos onerosos de largo aliento, con mucha incertidumbre en época de vacas flacas.
En estos días se renueva la inquietud frente a la temporada de lluvias. Además de la escuela 295 están en riesgo la 159 Base Naval Puerto Belgrano y la 125 de Domingo Millán. “Estamos preocupados en abordar una problemática que está siendo estudiada y que necesita una respuesta de fondo. En ese afán se trabaja con la provincia”, dijo el delegado comunal. Convendría profundizar esos estudios, y llegar a salidas de inmediato y de largo alcance, antes de que las emergencias obliguen a soluciones precarias y gastos desesperados, como ya se hizo otras veces, que terminan también devorados por las correntadas.