Con un ejercicio simple pero revelador Santiago Bilinkis, tecnólogo y emprendedor demostró mediante una sencilla pregunta cuán poco habituados estamos, aunque creamos lo contrario, al uso de la Inteligencia Artificial. Mediante un código QR el especialista indagó al público ¿Cuánto usas hasta ahora las herramientas de la IA? Las opciones para responder eran nada, poco, bastante o mucho. Un 70 % respondió poco. “Eso tiene que cambiar”, evaluó después de mostrar un cuadro comparativo. ¿Por qué? “Aquellas organizaciones que no logren adaptar sus métodos a la IA tendrán un problema no en 30 años, sino en tres”, sugirió.

“Estamos viviendo el cambio tecnológico más importante de la humanidad”, lanzó el emprendedor que disertó en el marco del XII Congreso CREA Región NOA, que se realiza en la Sociedad Rural de Tucumán.

Bilinkis se propuso enseñar a los participantes las nociones básicas sobre IA y detallar cómo potenciar nuestro trabajo con el uso de estas herramientas.

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Durante la exposición, que se extendió por casi una hora, Santiago Bilinkis planteó nociones básicas sobre el uso de Chat GPT y las técnicas para elaborar prompts potentes (o indicaciones claras). Además explicó algunas de las principales virtudes sobre el uso de la IA: “Es super veloz, es excelente redactando y genial resumiendo”, precisó. “Con buenas indicaciones puede resolver la tarea en dos segundos sin necesidad de perder tiempo”, agregó. Pero también mencionó que no todo es positivo. En definitiva, el verdadero desafío no es cómo usar la IA para ser más eficientes, sino cómo mantener el control sobre nuestras decisiones en un entorno cada vez más automatizado.

Cuatro ejes

Para eso trazó cuatro ejes que aborda en su último libro:

• Redistribución de la habilidad. En cualquier ámbito de la vida hay personas que destacan por su excelencia, otras que se mantienen en la media y algunas que luchan por alcanzar un nivel aceptable. “Con la irrupción de la IA, estamos presenciando un fenómeno que podríamos llamar “comoditización de lo aceptable”, explicó. Esta tendencia implica que, gracias a las herramientas tecnológicas, cualquier persona puede mejorar sus habilidades hasta un punto aceptable.

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• Hiperproductividad. Menos tiempo, más eficiencia. Otro de los grandes aportes de la IA planteados por Bilinkis es la capacidad de mejorar la productividad. Tareas que antes requerían largos períodos de tiempo ahora pueden realizarse de manera eficiente y en menos horas.

• Sedentarismo cognitivo. El riesgo de la dependencia tecnológica. “Es uno de los mayores riesgos a largo plazo que podría acarrear la integración de la IA en la vida diaria”, advirtió. Para ejemplificar, tomó su caso personal y contó su interacción con aplicaciones como Waze. “Cuando nos apoyamos demasiado en la tecnología, corremos el riesgo de perder nuestra capacidad de autonomía. La IA nos promete aumentar productividad, pero también amenaza con sustituir nuestra creatividad”, mencionó. “Corremos el riesgo de volvernos unos estúpidos”, bromeó.

• ¿Quién decide el camino? La automatización que trae la IA no solo cambia la forma en que trabajamos, sino que también puede alterar nuestra manera de pensar y de tomar decisiones. La IA puede ofrecer infinitas recomendaciones y atajos, pero solo nosotros podemos decidir cuál es el camino que queremos seguir.