El 27 de septiembre se cumplieron 50 años de la promulgación de la Ley 20.744, de Contrato de Trabajo, lo cual representa un acontecimiento no solo histórico, sino también político y de una enorme trascendencia social y económica. La referida norma es un brillante trabajo de sistematización llevado a cabo con el propósito de establecer el régimen básico aplicable a las relaciones laborales de la actividad privada. En estos días aciagos para el pueblo trabajador, considero importante rescatar esta fecha y conmemorar el 50ª aniversario de la sanción de la LCT, una de las principales leyes que se acuñara en defensa de los derechos de los trabajadores, y donde, la idea de justicia social es la que domina toda su estructura. Se trata de una obra colosal, que por el tiempo de su vigencia y por los alcances obtenidos en el ordenamiento de la relación individual de trabajo, es la más trascendente de todas las que se sancionaron en las últimas décadas. Asimismo, entiendo que, los distintos hechos políticos y sociales que van generando los pueblos a lo largo de su historia, tuvieron sus protagonistas, cuyos nombres son guardados y atesorados por la memoria colectiva. Es por ello que también se hace necesario rendir homenaje a quien fuera el impulsor del plexo normativo, el abogado laboralista, Norberto Oscar Centeno, un hombre con una importante concepción humana de la vida y un gran compromiso militante en favor de los derechos de los trabajadores, no obstante ello, su vida fue segada por la última dictadura militar en la tristemente célebre “Noche de las Corbatas”, mientras que la ley corrió similar suerte, ya que, el decreto 390/76 anuló decenas de conquistas establecidas en la LCT, como también dejó sin efecto una cantidad importante de convenios colectivos de Trabajo, además de aplicar una ley de prescindibilidad, por razones subversivas, a miles de agentes públicos. Finalmente, debe quedar claro que la ley no fue ni es una obra final, porque la misma, deberá modificarse en la medida que el progreso de nuestra nación así lo exija, como también deberá modificarse para superar constantemente las condiciones de vida de hombres y mujeres que día a día laboran por la grandeza de nuestro país.

Carlos Gabriel Garnier     

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