Cayó uno de los últimos bastiones del trabajo híbrido que quedaba entre los gigantes tecnológicos. La semana pasada, el máximo ejecutivo de Amazon, Andy Jassy, oficializó que será obligatorio trabajar de manera presencial durante los cinco días de la semana. La nueva política entrará en vigor en enero de 2025 en la compañía del magnate Jeff Bezos.

Jassy explicó que esta medida estaba motivada en la necesidad de preservar la cultura de la empresa y en volver a la realidad previa a la covid-19. Esta nueva regla implica el final para las expectativas de home office, y el retorno a un esquema de diferenciación entre el trabajo y la vida personal.

En un intercambio con el medio estadounidense "Raconteur", el CEO de Amazon justificó la vuelta a la presencialidad total con el argumento de que nada supera a la experiencia de compartir un espacio físico. "Al mirar hacia atrás en los últimos cinco años, seguimos creyendo que las ventajas de estar juntos en la oficina son significativas... es más fácil para nuestros compañeros aprender, modelar, practicar y fortalecer nuestra cultura. Colaborar, hacer lluvias de ideas e inventar se vuelve más simple y efectivo. Enseñar y aprender unos de otros es más fluido, y los equipos tienden a estar mejor conectados entre sí", reflexionó Jassy.

El cambio en la dinámica de poder

Hasta 2022 sólo se escuchaba que en la industria tech no había suficientes programadores y diseñadores web, entre otros trabajadores especializados del campo informático, para cubrir la demanda de las grandes firmas. Esto había puesto a los empleados con habilidades tecnológicas en una posición favorable a la hora de negociar y aceptar una oferta laboral: todos pedían trabajo remoto innegociable, beneficios adicionales y sueldos muy por encima de la media del mercado.

Pero mientras se van desvaneciendo los estragos de la pandemia en la sociedad, la dinámica de poder cambió y las compañías, en particular las más grandes, volvieron a encontrarse en la posición de dictar las condiciones. Amazon primero despidió a más de 27.000 de sus trabajadores desde 2022 y, luego, revocó la flexibilidad para el resto. 

El “tira y afloje” está dañando la confianza entre los empleados y empleadores, y los líderes son muy conscientes de esto. La reciente encuesta de confianza de PWC encontró que el 93% de los ejecutivos empresariales dice que construir y mantener la confianza es crítico para la rentabilidad. Sin embargo, sólo el 23% de los empleados confía en que sus líderes hagan lo correcto. Y el 40% de los empleados no siente que sus superiores confíen en ellos.

***

Suscribite al newsletter de LA GACETA  “Completa con picante” y recibí semanalmente una selección de noticias para jóvenes con hambre de futuro. ¡Es gratuito!