Hoy, 29 de septiembre, la Iglesia Católica celebra el Día de San Miguel, uno de los siete arcángeles de Dios. Cabe señalar que el cristianismo apostólico romano no sólo canonizó a las figuras que vivieron como personas físicas, sino que hay otras otras, como los ángeles, que también se consideran santos.

Día de la Ciudad, una celebración entre mates, tango y campanas

En la provincia, y con motivo de esta efeméride, cada 29 de septiembre se celebra el aniversario de San Miguel de Tucumán. Hoy, la ciudad cumple 339 años que se comienzan a contar desde el traslado desde Ibatín hasta el actual emplazamiento de la capital.

En este marco, es importante destacar quién fue San Miguel Arcángel y cuál es su importancia para la Iglesia Católica.

Día de San Miguel arcángel: por qué es tan importante la fiesta del 29 de septiembre

Los ángeles del Señor son considerados por la Iglesia Católica como los encargados de cuidar y velar por el bienestar de todas las personas. Hay distintas imágenes reconocidas como el Ángel de la Guarda que protege a cada uno de los creyentes.

Sin embargo, los arcángeles tuvieron una misión más especial aún. San Gabriel es reconocida en la Biblia como el enviado para anunciarle a la Virgen María que iba a tener un hijo, pese a que no había mantenido una relación con su esposo, José. Ese niño sería Jesús.

El milagro de la anunciación es uno de los dogmas de fe más importante narrado en los evangelios del libro más relevante para el catolicismo. San Miguel y San Rafael son los otros dos emblemas de estos hechos que el cristianismo destaca y celebra cada 29 de septiembre.

La relevancia de San Miguel Arcángel para la fe católica

El arcángel Miguel es la figura que representa el ejército de ángeles celestiales de Dios. La religión cristiana cree que este santo es el encargado de protegerla de las embestidas del Diablo o Satanás.

Llevado a un mensaje más terrenal, las personas suelen ser víctimas del pecado o de tentaciones a cometer errores. San Miguel es el encargado de protegernos y defender a los humanos ante Dios, sobre todo en el día del Juicio Final, otro de los dogmas de fe.

En la Biblia, este reconocido arcángel pelea contra el Dragón que representa al enemigo de la fe, Lucifer. Otra simbología para representar esta imagen es la del reconocido santo con una armadura y una espada donde lucha con la serpiente, el símbolo del mal.