Durante el XXIV° Taller de Híbridos y Manejo de Cultivo de Maíz que organizó la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc), Virginia Paredes, de la sección Economía y Estadísticas, presentó los resultados de la encuesta de maíz en Tucumán y zonas de influencia correspondientes a la campaña 2023/2024. El área implica unas 57.000 hectáreas (ha) de Tucumán -el 63% de la superficie sembrada con el cultivo en la provincia- y 128.000 ha del oeste de Santiago del Estero, del sudeste de Catamarca y del sur de Salta.

El procesamiento de los datos determinó que el rendimiento en la zona relevada promedió 4,15 toneladas por hectárea (t/ha). En Tucumán, los rindes medios máximo y mínimo estuvieron entre las 7,5 t/ha y la 1,5 t/ha, respectivamente. En la zona de influencia, media tonelada menos: 7 t/ha y 1 t/ha, respectivamente.

El rinde promedio ponderado de Tucumán se estimó en 4,75 t/ha, un 11% más que en la campaña 2022/2023, que estuvo condicionada por la sequía. El departamento Graneros registró el menor rendimiento medio, con 2,41 t/ha; mientras que Burruyacú lideró, con 5,30 t/ha.

Analizando la adopción de tecnología en el cultivo, el evento Víptera fue el más sembrado. En el 52% de la superficie relevada se utilizó sembradora neumática; en un 29%, sembradora de precisión, y en el 20% restante, sembradora mecánica. La densidad de siembra elegida en el 82% de la superficie relevada fue 55.000 semillas por hectárea.

Respecto de la fertilización, en el 54% de la superficie relevada se utilizó nitrógeno. Las principales fuentes nitrogenadas fueron urea y nitrato de amonio calcáreo, siendo la dosis frecuente de 38 kg N/ha. En Tucumán, se fertilizó con nitrógeno en el 80% de la superficie relevada.

En un 37% del área se fertilizó con fósforo; las principales fuentes fosfatadas fueron superfosfato triple de calcio, fosfato diamónico y fosfato monoamónico, y la dosis frecuente fue de 37 kg PO/ha. En Tucumán, se fertilizó con fósforo el 66% de la superficie relevada.

En cuanto a los aspectos sanitarios, el 96% de los encuestados tuvo presencia de dalbulus maidis (chicharrita del maíz), seguida por Spodoptera frugiperda (oruga militar tardía) en el 67% de los encuestados. También se observó la presencia de Heliothis zea (oruga de la espiga) y Dichelops furcatus (chinche de los cuernos).

El 76% de los encuestados reportó la presencia de enfermedades, principalmente el achaparramiento del maíz causado por la chicharrita. Las malezas presentes en la siembra de esta campaña fueron Amaranthus spp. (atacos), Chloris spp., Trichloris spp. y Borreria spp. (botón blanco). En el 96% de la superficie relevada se hicieron aplicaciones para el control del maíz guacho.

Por último, respecto de la intención de siembra de maíz para la campaña 2024/2025, los encuestados manifestaron que disminuirán el área sembrada debido principalmente a los problemas con la chicharrita y a la baja rentabilidad del cultivo.