Un importante revuelo se originó en el Poder Judicial por la muerte de un condenado que estaba alojado en la seccional 11ª, ubicada en la esquina de las avenidas Benjamín Aráoz y Silvano Bores. El caso generó polémica porque días antes de que se registrara el fallecimiento por causas naturales del preso, sus compañeros grabaron un video para denunciar el grave estado de salud en el que se encontraba.

Comisaría 2ª: hacinamiento, sarna y cloacas rotas

“A este video lo hacemos para Derechos Humanos de la provincia, desde la comisaría 11, que está en la esquina del Tiro Federal. Mire cómo está este interno. Mire de mal”, comienza el relato del autor de la grabación, que luego profundiza su denuncia diciendo que “necesitamos derechos humanos para que vengan a ver cómo estamos viviendo: con la contaminación, la orina, mire toda la mugre que hay”.

Es la misma persona que, mientras mueve el teléfono para intentar registrar detalles del lugar y de las condiciones de detención, continúa con la descripción al sostener que “somos presos que estamos pagando nuestros errores, pero no tenemos baños, la policía hace oídos sordos y esta persona se está muriendo acá adentro y no lo vienen a ver. Solicitamos derechos humanos urgentemente”.

Dos motines encendieron alertas en Tucumán: "Parecía Ucrania por las llamas y los tiros"

Tirado en un colchón, Abel Delgado apenas atinó a interactuar pidiendo que “no me grabés a mí”. Era HIV positivo. Fue detenido el 2 de agosto y fue condenado el 6 de septiembre a ocho meses de prisión efectiva por una causa de violencia de género. El jueves 19 fue trasladado al Hospital Avellaneda donde falleció horas después.

En el expediente no figura que la defensora oficial que lo asistió en el caso, ni los magistrados que intervinieron en su proceso, hayan solicitado medidas por su grave estado de salud. Sí hubo una orden de traslado el día que murió.