El anuncio de Osvaldo Jaldo, que prohíbe la realización de fiestas electrónicas, sigue generando debate en la provincia. Durante una conferencia de prensa del lunes, gobernador dijo que estos eventos representan un peligro para nuestros jóvenes, no sólo por el consumo de sustancias, sino también por las condiciones de seguridad. La medida ha suscitado las reacciones de diversos sectores, pero más allá de las críticas que pueden realizar productores y los habituales asistentes a esas fiestas, surgió la siguiente pregunta: además de la prohibición, ¿cuál sería otra manera de encarar el problema de las drogas en las fiestas electrónicas?

No es la primera vez que en Argentina se prohíben eventos de este estilo; ya en 2016 las fiestas electrónicas fueron un tema de debate desde la tragedia ocurrida en la fiesta “Time Warp”, en el complejo Costa Salguero de la Ciudad de Buenos Aires, donde cinco jóvenes murieron por intoxicación con drogas sintéticas. El hecho desató una ola de cuestionamientos sobre la seguridad y el control en este tipo de eventos. Tras la tragedia, el jefe de Gobierno porteño de ese entonces, Horacio Rodríguez Larreta, también decidió suspender los permisos para la realización de fiestas electrónicas en la ciudad hasta que se aprobara un proyecto de ley orientado a reducir los daños y riesgos asociados al consumo de sustancias psicoactivas.

Experiencia

Tiempo después de eso, María Inés González Castro, trabajadora social, se ocupó del tema. “Sentí que tenía que hacer algo y si nadie lo hace lo voy a hacer yo. Y agarré y lo hice”, declaró. Operadora en adicciones de la Sedronar, fundó “Chill & Safe”, una organización sin fines de lucro, que lidera el camino en la lucha por la reducción de daños en el consumo de sustancias psicoactivas. González habló con LA GACETA y asegura que la medida del gobierno tucumano “es poco seria” y que la solución no es la prohibición, porque lograrán que proliferen las reuniones clandestinas donde el control y el consumo de sustancias será “peor”.

Prohibición de fiestas electrónicas: un bot de LA GACETA te responde todo lo que querés saber sobre la medida

En su experiencia de cuatro años militando por un consumo responsable destacado por su enfoque pragmático, basado en la salud pública y el respeto a los derechos individuales, la trabajadora social comenta que “garantizar la seguridad, funciona y tiene resultados costoefectivos”. “Está comprobado que incluso incide en la reducción del gasto público ya que se evitan internaciones producidas por intoxicaciones”, apuntó.

Según la especialista, “hay una estigmatización en la música electrónica y en la noche”; y el hecho de que se acepten estas normas prohibitivas particularmente en Tucumán es debido a la parte conservadora de la sociedad que las avala. “Regular no significa legalizar”, aclara Inés. Se regulariza para evitar intoxicaciones y muertes porque la gente seguirá consumiendo y es mejor que estén informados y sepan, a través de testeos con reactivos químicos, qué es lo que consumen evitando ingerir drogas adulteradas.

Cómo son los testeos

“Chill & Safe” ha estado presente en varios eventos masivos, ofreciendo asistencia, promoviendo una visión más saludable y segura del disfrute en estos espacios. Para González Castro, los gobiernos conservadores “atrasan” y culpan a los que asisten. La clave está en dar información y recursos que empoderen a los usuarios en lugar de criminalizarlos. Por ello, brinda un servicio de testeos gratuitos en fiestas de música electrónica inspirado en programas europeos de prevención de intoxicaciones graves. “Los asistentes me dan un pequeño pedazo de la pastilla que tienen y esta se somete a un reactivo químico, que son los mismos que usa la policía aeroportuaria, por ejemplo. De esa forma sabemos lo que contiene en realidad”, explica.

Políticas en Europa

¿Es posible la reducción de riesgos y consumo responsable? En Europa, diversas políticas de reducción de riesgos asociados al consumo de drogas en fiestas electrónicas han mostrado resultados positivos. Según un informe de la Agencia Europea de Monitoreo de Drogas y Adicciones (Emcdda), la implementación de servicios de testeo de sustancias en estos eventos permitió disminuir las intoxicaciones graves y reducir el uso de drogas adulteradas.

Estos programas también incluyen educación sobre los efectos de las sustancias y la promoción de entornos más seguros en los eventos masivos. Países como Suiza y los Países Bajos han adoptado enfoques de reducción de daños que combinan esfuerzos educativos y sanitarios, evidenciando que la prohibición no es siempre la mejor solución para controlar el problema.

Fiestas electrónicas: "Estigmatizar un género musical por una problemática social atrasa demasiado"

Por otro lado, en España, según señala el diario “El País”, “Energy Control”, fundada en 1997, institución pionera en la reducción de daños asociados al consumo de drogas recreativas, obtuvo resultados alentadores; reduciendo significativamente los casos de emergencias por intoxicaciones en los eventos donde participa y fue reconocida como un referente internacional en la aplicación de políticas de reducción de riesgos.