Durante el primer ciclo de Marcelo Gallardo en River, el karma histórico fue la pelota parada. Por esa vía, si bien convirtió goles importantes, también le marcaron mucho al “Millonario”.
En el comienzo de la segunda etapa de “Muñeco”, esto parece haberse revertido. O al menos, hasta ahora le trajo muchas más repercusiones positivas que negativas. Esta vez no fue la excepción; por esta vía llegó el tanto de Facundo Colidio, con el que derrotó 1-0 a Colo Colo por la vuelta de los cuartos de final de la Copa Libertadores, para meterse en semifinales.
16 minutos del primer tiempo marcaba el cronómetro cuando el delantero formado en Boca llegó al gol. La jugada, en principio, no parecía traer demasiado peligro: un tiro libre prácticamente en mitad de cancha. De hecho, tras el centro pinchado de Marcos Acuña, un defensor chileno despejó la pelota de cabeza. Sin embargo, en la puerta del área, de sobrepique, Santiago Simón colocó la pelota en el segundo palo, y encontró sólo a Colidio, que anticipó a su marcador y, beneficiado por la lenta reacción de Arturo Vidal que habilitó a todos, definió con mucha categoría para vencer a Brayan Cortés y poner en ventaja al “Millonario”.
Igual que con el tanto de Germán Pezzella en la ida y que con el de Paulo Díaz en la ida de los octavos de final ante Talleres, River encontraba en la pelota parada un arma importante para destrabar los partidos.
Porque, hasta ese momento, el trámite no era cómodo para los de Gallardo. Lejos de salir a especular, el Colo Colo de Jorge Almirón saltó al “Mas Monumental” decidido a imponer su plan de juego.
Con valentía, apostó a tratar de tener la pelota y generar, por abajo, situaciones de juego. Y si bien tuvo salida limpia casi siempre, al conjunto chileno le faltó algo clave: peso ofensivo.
Javier Correa tuvo un muy flojo partido y perdió siempre ante Pezzella y Leandro González Pirez. Eso sumado a que Carlos Palacios, figura del “Cacique”, recibió casi siempre lejos del arco, impidió que los chilenos pudieran generar jugadas claras. De hecho, durante todo el primer tiempo, Colo Colo apenas tuvo un intento del propio Correa, que pateó resbalándose en la puerta del área y encontró un desvío para ganar un córner que no terminaría dándole frutos.
El gol le permitió a River acomodarse en el partido. Con buenas actuaciones de Matías Kranevitter y de Simón en la mitad de la cancha, pudo controlar el juego sin mayores contratiempos. Pese a eso, tampoco fue el encuentro ideal para el “Millonario”. La postura de su rival no le permitió tener demasiado la pelota y el bajo nivel de Miguel Borja en el ataque (perdió casi siempre ante Emiliano Amor y Erick Wiemberg) le impidieron crear demasiadas oportunidades de peligro.
Un cabezazo del propio Borja en un córner y un remate a colocar de Nacho Fernández fueron las jugadas más claras; ambas encontraron respuestas sin problemas de Cortés.
La serie se mantuvo abierta hasta el final porque River no pudo aprovechar la ventaja en el marcador para manejar el juego. Durante el segundo tiempo, con el correr de los minutos, el “Millonario” fue cediendo terreno, sobre todo con las salidas de Kranevitter (con una molestia física) y de Simón. Los ingresos de Manuel Lanzini, Adam Bareiro y Franco Mastantuono no impactaron en el equipo y fue más lo que colaboraron en defensa que lo que pudieron generar en ataque.
Del otro lado, un audaz Colo Colo encontró un poco más de “picante” en el ataque con los ingresos de Cristian Zavala y Marcos Bolados. De hecho, de una combinación entre ellos dos llegó la jugada más clara para los visitantes. A falta de 10 minutos para el final, Zavala encontró el hueco por el sector izquierdo del área de River y remató. Pero encontró una buena respuesta de Armani.
El “Millonario” sufrió hasta el final porque no pudo sentenciar la serie. De hecho, casi no tuvo chances para hacerlo más que un tiro libre de Lanzini que se fue cerquita por arriba del travesaño y un contraataque mal manejado por Bareiro.
Colo Colo casi no encontró claridad en todo el partido pero hizo que los corazones se paralicen en la última jugada. Tras un centro de Zavala, Amor ganó de cabeza, pero Armani no tuvo que esforzarse demasiado para contener la pelota.
Después de cuatro años, River está de vuelta entre los cuatro mejores de América. Con la vuelta de Gallardo, la ilusión de volver a levantar la Copa Libertadores está más latente que nunca en Núñez. Por jerarquía individual, tiene motivos de sobra para creer que puede llevarse el trofeo. Desde lo futbolístico, todavía tiene mucho que mejorar, pero justamente saber que todavía está lejos de su techo es una buena señal para el “Millonario”, que está a tres pasos de alcanzar la quinta Libertadores de su historia.