Personal de Gendarmería Nacional detuvo a integrantes de esa fuerza y civiles acusados de haber montado un sistema que permitía a los tours de compras trasladar mercadería ingresada ilegalmente al país y droga hasta nuestra provincia. Pero al analizar los resultados, se confirmaría la peor de las sospechas. Un grupo de hombres que deberían custodiar la frontera de Tucumán, fueron acusados de formar una sociedad con personas que se dedican a esas actividades.
Son tantas las evidencias encontradas por los investigadores, que hasta los mismos gendarmes decidieron bautizar a los procedimientos con un llamativo nombre: Operativo Dignidad. La investigación fue realizada por el fiscal federal Agustín Chit. Se inició en febrero pasado por una serie de denuncias. Personas que se presentaron como compradores de ropa en Bolivia dijeron que personal de esa fuerza, en complicidad con los organizadores de los viajes, les exigían el pago de “coimas” para que pudieran realizar su actividad. Esa versión, según fuentes judiciales, fue confirmada por compañeros de los denunciados que no querían participar del “arreglo”.
Mientras el fiscal y su auxiliar Julia Vitar avanzaban con la pesquisa, en nuestra provincia se registraron dos graves incidentes que dejaron al descubierto que algo malo estaba sucediendo en las rutas. El primero se registró semanas atrás en Trancas, cuando bagayeros prendieron fuego el ómnibus en el que trasladaban mercadería de contrabando y, supuestamente, droga. Días después hubo otro incidente con un tour de compras en 7 de Abril. En ambas oportunidades, los pasajeros no ocultaban su malestar porque habían abonado una importante suma de dinero para evitar ser controlados.
La teoría
Chit convocó a los departamentos específicos de Gendarmería al mando del comandante Gabriel Andruseszen para que profundizara la investigación. También se formó un Equipo Conjunto de Investigación (ECI) para compartir evidencias con la Procuraduría contra la Narcocriminalidad NOA, a cargo del fiscal federal de Salta Eduardo Villalba.
Detienen a gendarmes y civiles por los tours de comprasEn la pesquisa se utilizaron técnicas especiales como interceptación de comunicaciones, prórrogas de jurisdicción, agentes reveladores digitales, seguimiento de vehículos con rastreadores satelitales, análisis financieros y relevamiento de causas de contrabando en las que participaron gendarmes destinados en la provincia.
Con todas esas herramientas pudieron establecer que existían dos tipos de irregularidades. La más común habría consistido en el cobro de sobornos para permitirles el paso cuyos montos oscilaban entre los $20.000 y $100.000.
La otra se trata de una red que habrían montado gendarmes con los organizadores del viaje. Previo a la partida de un tour de compras, pactaban la entrega mínima de $500.000 para permitirles el paso hacia el norte, avisarles dónde se encontraban los controles y no revisarlos en el trayecto de regreso.
Un asalto volvió a poner la mira en los tours de comprasLos investigadores habrían confirmado esta posibilidad al descubrir transferencias bancarias que hacían los organizadores a las cuentas de los gendarmes sospechados. Además, también tendrían identificados a los civiles que recibían el pago a nombre de los efectivos.
El operativo
El Operativo Dignidad fue planificado hasta el más mínimo detalle. Eligieron el día aprovechando que en la provincia se realizaría un curso de capacitación para los integrantes de la fuerza. Por esa razón, pudieron movilizar a más de 290 efectivos para realizar los allanamientos autorizados por el juez federal José Manuel Díaz Vélez.
Los uniformados se dividieron en tres grupos. Uno de ellos se presentó en los puestos de controles de Molle Yaco y en 7 de Abril. En el primero, encontraron en la mochila de uno de los gendarmes $700.000 en efectivo, que sería del dinero que habría cobrado de soborno.
Otro grupo fue a la base del Escuadrón 55 que Gendarmería tiene en Las Talitas. Hicieron una formación y leyeron una lista con nombres. Los mencionados dieron un paso al frente y fueron detenidos inmediatamente. Por último, el tercer equipo allanó la casa de los gendarmes. Allí secuestraron mercadería de contrabando e importantes sumas de dinero en efectivo. También detuvieron a varios de los organizadores de los viajes que eran los que pagaban para poder desarrollar la actividad ilícita. Entre los detenidos se encuentran varios de los que fueron mencionados en las causas iniciadas por los incidentes registrados con los bagayeros.
No es el final
Si bien es cierto que el Operativo Dignidad logró desactivar una organización, aún queda mucho camino por recorrer. Se detuvo a 12 gendarmes y a nueve civiles, la mayoría coordinadores de torus de compras. Hay personas que se encuentran con orden de captura y otras estructuras.
Los tours de compras, en la mira de los investigadores“Esta causa revela un grave caso de corrupción dentro de una fuerza de seguridad federal y la Fiscalía continúa investigando la red delictiva, su entramado y la ruta del dinero proveniente de los sobornos”, se puede leer en el comunicado dado a conocer por la fiscalía que conduce Chit,
Pero vale la pena aclarar que esta investigación sólo contempla los ilícitos que habría cometidos los gendarmes destinados en Tucumán, pero habrían quedado en la mira sus compañeros de Salta y de Santiago del Estero.
Narcomenudeo: en la casa de un gendarme encontraron cocaína lista para la venta
Las autoridades se reunieron en las instalaciones que Gendarmería Nacional tiene en El Cadillal, sobre la ruta 9. Un comando recibía la información de todo lo que acontecía en los allanamientos, Una llamada de un oficial sorprendió a todos. En la casa de uno de los gendarmes detenidos encontraron varias dosis de cocaína listas para ser comercializadas. El acusado además tenía en su poder ampollas de reactivos que se usan en los procedimientos. Este no es el primer caso en el que se descubre la complicidad entre los efectivos de esta fuerza y organizadores de tours de compras. El año pasado en Santiago se desbarató una organización que tenía el mismo sistema de acuerdo. La única diferencia es que ninguno de los detenidos se habría dedicado a la venta de droga, como ocurrió en Tucumán.