El triunfo sobre Agropecuario le entregó mucho más que tres puntos a San Martín. Le permitió ampliar la ventaja sobre su homónimo sanjuanino, al que le sacó siete puntos a falta de 18 por disputarse hasta el final del torneo y obtener una buena luz para encaminarse a jugar el duelo por el primer ascenso a la Liga Profesional, algo con lo que en Bolívar y Pellegrini vienen soñando desde hace bastante tiempo.
Mientras en la zona B todo parece ser incertidumbre y la cima cambia de color prácticamente todas las semanas, en la A San Martín marcha a paso firme. Incluso, si se da una combinación de resultados a su favor, el “Santo” hasta podría asegurar su lugar en la “finalísima” algunas semanas antes de la última fecha del campeonato. Con todo lo que ello implica.
San Martín de Tucumán mira de reojo al posible finalista de la zona "B" de la Primera NacionalEn el fútbol hay quienes aseguran que a los torneos se los gana acelerando en el sprint final. Incluso, en más de una oportunidad, Diego Flores dejó en claro que este campeonato se trataba de una prueba de resistencia y no de velocidad. Por eso, que el “Santo” pueda llegar tan holgado al juego decisivo es algo que hace un poco de ruido entre los hinchas.
“Justo ahora tenemos que jugar una final”, le dijo un hijo a su padre en la zona de plateas de La Ciudadela ni bien Yamil Possi le bajó el telón a la victoria contra el “Sojero”. Justo en esta ocasión, en la que el equipo se aleja en la cima y parece encaminarse a terminar primero, deberá ratificar en un solo partido lo que consiguió a lo largo de todo un año de trabajo.
A lo largo de la historia, los equipos más exitosos fueron aquellos que supieron mantener una actitud constante de enfoque y de esfuerzo. Relajarse tras una victoria (o de una cadena de buenos resultados como los que viene obteniendo el “Santo”) puede generar un exceso de confianza que deje vulnerable al equipo. Incluso, llegar a una hipotética final de antemano también puede resultar contraproducente debido a que podría llegar a jugar algunas fechas sólo para cumplir con el fixture previsto.
Flores lo sabe. Por eso levantó su dedo índice durante la conferencia de prensa posvictoria y prefirió ir por el lado de la meusra. “No hay que perder la concentración. Ojalá podamos estar en esa final, pero todavía faltan seis partidos”, advirtió el entrenador luego del triunfo sobre Agropecuario. Y ese parece ser principal el punto a trabajar durante las próximas semanas.
Claro, mantener una mentalidad competitiva puede ayudarle a San Martín a construir una consistencia que puede resultar clave para lograr el objetivo planteado desde hace mucho tiempo.
“Quedan seis finales todavía. Se necesita de la seriedad y del compromiso que cada uno de los integrantes de este plantel. El objetivo es uno solo; no nos tenemos olvidar de eso”, anticipó Pablo Hernández.
Los números de San Martín en esta temporada son contundentes: jugó 32 partidos, ganó 20, empató siete y perdió cinco. Con 67 puntos en el saco, logró una efectividad del 69,79%; apenas por debajo del 69,84% que llevaba el equipo de Favio Orsi y Sergio Gómez cuando el torneo se interrumpió por la llegada de la pandemia.
Sin embargo, esos números no le aseguran absolutamente nada. Le faltan seis escalones para quedar a tiro, e incluso el duelo decisivo para poder tocar el cielo con las manos. “Sacamos una buena ventaja pero todavía no ganamos nada. Tenemos muy en claro que debemos seguir enfocados, trabajando como lo venimos haciendo. No hay pensar más allá del partido del fin de semana”, pidió Juan Orellana, apuntándole al duelo contra All Boys, del domingo desde las 19.30 en Floresta. “Esto es partido a partido. Nos quedan seis finales que van a ser durísimas, pero si seguimos con el mismo sacrificio y con la misma humildad con la que venimos haciendo las cosas, vamos a llegar a lo que todos queremos. Creo que el trabajo tarde o temprano paga y nosotros vamos por el camino correcto”, ahondó el defensor central.
Históricamente, San Martín se caracterizó por cumplir los objetivos siempre ajustadamente, con el corazón en la mano, siempre a último momento y dejando hasta la última gota de suspiro.
Tal vez, el único ascenso relativamente tranquilo fue el que logró en 2018 cuando venció 5 a 1 a Sarmiento. Claro, antes había perdido el duelo de ida.
Por ese motivo, ante esta situación que parece marchar sobre rieles para el “Santo”, el coach Ignacio Bossi advierte que es fundamental el manejo de la situación.
“Tanto la presión como la no presión tiene un impacto en el desempeño de las personas, y en este caso de los jugadores. Cuando no hay presión, aparece la relajación y eso no suele sacar lo mejor de cada uno. Cómo regular eso tiene que ver con un trabajo individual de cada futbolista”, explica, dejando en claro que se juega como se entrena. Por ese motivo, Bossi pide centrarse en cada una de las prácticas para tratar de ir delineando cómo jugar cada partido. “Hay una relación directa entre el entrenamiento y el juego. Por eso es indispensable equilibrar el trabajo serio con el tema de lo distendido”.
En tanto, el coach asegura que es crucial que los futbolistas puedan expresar lo que están viviendo. Si bien San Martín sacó una ventaja que puede resultar tranquilizadora por el momento, en la etapa definitoria del campeonato, la presión volverá a escena. Y tal vez con mayor fuerza. En ese sentido, Bossi entiende que la conversación fluida de este tema entre el cuerpo técnico y los futbolistas puede ayudar a manejar la situación. “Es ideal tratar de gestionar lo que le va sucediendo a cada jugador. Saber lo que siente y lo que vive para poder ayudarlo. Eso puede ser un punto muy importante a la hora de sacar adelante una situación”, remata.
Manejar el tema de una posible relajación parece ser lo primordial para un plantel que viene enfocado en el objetivo. “Hay que seguir”, pide Flores. Y sí, la ventaja le da un plus, pero en Bolívar y Pellegrini saben que no ganaron absolutamente nada.