Sin el proteccionismo que muchos países desarrollados ejercitan sobre la importación de sus principales productos, en la Argentina, en el caso del azúcar, la libre e ilimitada compra en el extranjero puede llevar a una crisis regional, ya que alteraría a la baja no sólo el precio en el mercado doméstico sino también los programas de abastecimiento interno y las exportaciones en base a la demanda. Vale la mención ya que alteró la paz una foto que comenzó a circular entre los factores azucareros del NOA, que muestra en la góndola de un supermercado porteño líder una bolsa de azúcar de una conocida marca de Brasil, junto a otra también conocida de Jujuy.
Esta confirmación de la importación del producto de la industria tucumana elaborado como principal subproducto de la caña de azúcar, encendió las luces de alarma en el sector sucroalcoholero local. Sucede que el tema del sobre stock en el NOA moviliza todos los años a programar exportaciones -ahora con obligación de cumplirla- y destinar otra parte a la destilación de alcohol para descomprimir la oferta y sostener la demanda a los fines de bloquear una posible caída en el precio.
Al respecto, una fuente relacionada con el sector de biocombustibles resaltó ante la consulta de LA GACETA que “es una irresponsabilidad” en estos momentos importar azúcar, cuando hay una zafra en producción y “castigada” por el Gobierno nacional con el precio del bioetanol (“muy deprimido” asegura), ya que desde que se aprobó el nuevo marco regulatorio (año 2021) de la Ley de Biocombustibles no se la aplica para actualizarlo con la fórmula que fija la norma, y que con esta actitud descomedida se pone en riesgo el plan de la reinversión y las fuentes de trabajo en las destilerías del país.
En cuanto a la importación, cabe resaltar que el precio de la bolsa de azúcar en Brasil siempre será más competitiva que la que se fabrica en nuestro país, ya que para el sector sucroalcoholero del socio argentino en el Mercosur elaborar azúcar es una parte de los subproductos de la caña, siendo su principal producción el alcohol. La fuente que proveyó las fotos indicó que se trata de azúcar brasileña marca Uniao, común tipo A, de 1 kilo, “un poco menos dulce que la tucumana”, afirmó, y que cuesta $ 1.080 en esa sucursal 58, en Viamonte 1571, Buenos Aires, de una conocida cadena de supermercados.
Los perjudicados
Ante la aparición de la noticia sobre que se estaría importando azúcar de Brasil, el presidente del Centro Azucarero Argentino, Jorge Feijóo, accedió a opinar sobre la situación ante la consulta de LA GACETA.
-¿Qué opina sobre la presencia de azúcar brasileña en un súper argentino?
-Desde todo punto de vista, un absurdo, para la balanza comercial del país, para el consumidor y para el sector azucarero.
-¿Por qué lo considera así?
-Primero, porque en el país se produce el doble de la cantidad de azúcar que se consume en el mercado interno. Tanto es así que este año se exportarán 500.000 toneladas de azúcar que aportarán divisas al país. Entonces, qué sentido tendría importar azúcar; no hay ninguna razón para dilapidar divisas -de las que el país carece- para importar azúcar. Segundo, porque el azúcar en el mercado interno tiene un precio más bajo que en el exterior, fíjese que hay consultas de Brasil para comprar azúcar en Tucumán.
Para este año se estima que la relación azúcar-edulcorantes estará en un 44,6% vs. el 55,4%-¿Por qué piensa que se importa azúcar?
-Es inexplicable, porque no hay ninguna justificación económica; como ocurrió con el vino, cuando se conoció la noticia días pasados, ocasión en la que se importó desde Chile vino de la más baja calidad para fraccionar en el país, que también es exportador de vino.
-¿Cuándo se importó esta azúcar?
-Eso también es raro, porque se la pudo ver en un local de COTO de Buenos Aires pero no la ofrece en su web; probablemente es un hecho puntual. En el sistema de información de Comercio Exterior no se registran importaciones de azúcar.
Algunos factores azucareros locales consultados consideran que tal vez no haya declaración de la compra, lo que implicaría una evasión impositiva o una maniobra de contrabando. Por eso pidieron la intervención de las autoridades pertinentes para aclarar la situación, que puede poner en jaque el esfuerzo y compromiso de todos los factores del sector sucroalcoholero nacional que vienen trabajando desde los primeros meses del año en ordenar la oferta y la demanda doméstica de azúcar.