La Argentina está entre los 10 países del mundo que más penalizan la maternidad en el mercado de trabajo, según el Child Penalty Atlas. Esto significa que, tras la llegada del primer hijo, la participación laboral de las mujeres disminuye el 44%, mientras que la de los hombres apenas varía entre el 0% y el 1%. Este fenómeno genera una profunda desigualdad en el desarrollo profesional de los géneros.

El análisis abarcó datos de 134 países, que representan a más del 95% de la población mundial. Las naciones donde ser madre y trabajar es más complejo son: Jordania, con un 64% de penalización, seguida por Bangladesh (62%), Georgia (53%), República Checa (50%), Corea del Sur (49%), Costa Rica (48%), Argelia (47%), Malasia (45%) y Estonia (45%). Luego viene la Argentina, con el 44%.

La penalización por hijos mide el impacto del nacimiento de un hijo en la vida laboral de las mujeres durante los diez años siguientes. El principal problema radica en que muchas mujeres, tras convertirse en madres, abandonan o reducen su actividad laboral para asumir más tareas de cuidado. En cambio, las carreras de los hombres suelen mantenerse estables y en ascenso.

De acuerdo con un estudio conjunto de la London School of Economics (LSE) y Princeton University, mientras el 95% de los hombres entre 25 y 54 años forman parte de la fuerza laboral a nivel global, la participación femenina en ese rango de edad es sólo del 52%. La maternidad juega un papel crucial en esta brecha. 

Según el informe, el 24% de las mujeres dejan de trabajar en el primer año tras el nacimiento de su primer hijo y, una década después, el 15% aún no se ha reincorporado.

El estudio también resalta que en los países más desarrollados, como aquellos de Europa Occidental y Norteamérica, el 80% de la diferencia en la participación laboral entre géneros se debe a la maternidad. En América Latina, el 38% de las mujeres trabajadoras abandona el mercado laboral tras el nacimiento de su primer hijo, y una década más tarde, el 37% sigue fuera. 

Esta situación no sólo afecta el presente laboral de las mujeres, sino que también limita sus ingresos y oportunidades de promoción a lo largo de la vida. Aunque en los países de ingresos bajos el matrimonio tiene mayor impacto que la maternidad en la participación laboral de las mujeres, en economías de ingresos medios, como la argentina, el nacimiento de hijos es el principal factor que explica la brecha de desarrollo entre hombres y mujeres.

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