Una muestra homenaje colectiva en memoria de Walter Isaac Viltre se inaugurará esta noche a las 20.30 en La Sodería (Juan Posse y pasaje 1° de Mayo), con obras de Susana Ale, Sergio Pinto, Rolo González Medina, Ricardo Fatalini, Pablo Guiot, Nidia Duró, Mane Guantay, Marcelo Lazarte, Luciana Guiot, Hugo Fernández, Julio Villafañe, Jorge Leiva, Iván Ríos, Fabián Castro, Daniel Arnedo, Alejandro Gómez Tolosa, Domingo Beltrán, Virginia Vitale, Mario Quipildor y Martín Bernat.

“Walter era uno de los imborrables de la vida; aquí daba clases gratuitas para los chicos del barrio los sábados a la mañana y nos ayudó mucho en La Sodería -contó Teresita Guardia-. Era muy generoso, tanto que dio su vida, porque se quedó a proteger a un amigo de un ataque, y recibió montón de patadas en el hígado que ya lo tenía mal… y murió una semana después”.

La exposición se hace en el marco de los 30 años de ese espacio cultural, explicó su directora. “Él dejó varias pinturas, unas a medio hacer y otras que hizo como pasacalles sobre esas telas sintéticas, que están un poco arruinadas ya. Pero ahora 20 artistas traerán sus trabajos para completar ese homenaje, en una exhibición que se extenderá hasta noviembre”, agregó.

“Con Walter hemos compartido muchas cosas, no solo momentos artísticos. En una imprenta que quedaba en la calle La Rioja, hacía tarjetas de presentación con serigrafía, que es un trabajo de mucha fuerza. Era un tipo con la sonrisa triste. Recuerdo que un día llegó con los ojos refulgentes que tenían una luz impresionante, y me dijo que vio una película y ‘ya sé como voy a morir’. Y cumplió su destino, había visto ‘Living Las Vegas’, con Nicolas Cage”, relató Gómez Tolosa. “¡Qué bueno que el homenaje se lo hagan sus amigos! Que esta vez los parásitos del arte no se hayan cebado con su memoria. Que no lo hayan usado para cubrirse de brillo y bronce. ¡Qué bueno, que sean quienes lo conocieron en su mejor y peor momento!”, expresó.

No pocos de sus amigos sostuvieron que se respetó siempre su decisión de irse “un poquito cada día en un vaso o en un tetra”, como describieron. Ríos dice: “hicimos la primera revista entre los dos. Se llamaba La Pindonga. Las tapas eran hechas con las cajas de vino que él se tomaba y las iba guardando. Hacíamos serigrafía sobre ellas. Adentro estaban las historietas de los estudiantes de Plástica a los que invitábamos. Después pintábamos mucho con él y Quipi. Nos hicimos muy unidos con las chicas de La Sodería que lo adoptaron como un hermano y allí hizo cosas maravillosas”, evoca.