La encargada del Departamento de Prevención de Riesgos Ambientales de la Dirección de Salud Ambiental del Siprosa contó que en los operativos se ha podido ver que en algunas zonas la población tomó conciencia de la importancia de mantener los hogares libres de criaderos de mosquitos, “pero hay otras áreas en las cuales, a pesar de haber tenido una situación crítica durante la última epidemia, no hay una toma de conciencia y seguimos encontrando criaderos activos, con larvas y huevos”. En varias ocasiones los expertos han advertido en los últimos meses que las campañas de concientización han llegado hasta cierto sector de la sociedad pero hay casos en que no parece que se sienta la necesidad ni la obligación de descacharrar, tal como se observaba en 2009, cuando tuvo lugar la primera epidemia de esta enfermedad en este siglo en nuestra provincia. “Le temen al dengue, pero no eliminan los cacharros”, decía un título de nuestro diario en ese entonces.

Hoy las circunstancias son distintas. Más graves, si se puede decir, porque ya hemos atravesado varios procesos con el dengue, la cantidad de contagios ha sido sustancialmente mayor y también la de muertes. Los casos de dengue hemorrágico han mostrado lo dramático y virulento que puede ser este mal que ha dejado mucha tristeza en nuestro medio. A comienzos de este año, Tucumán sufrió el peor brote de la patología, con  84.123 casos confirmados y un récord de 44 muertes. “El contexto cambió y la enfermedad ya no se comporta cíclicamente como veníamos acostumbrados hasta 2022, que teníamos algunos años tranquilos, sin casos”, señaló una experta. Asimismo, habló sobre los escenarios posibles teniendo en cuenta que la patología tiene cuatro serotipos distintos.  

En estos días está avanzando la vacunación de la población -por ahora, se está inoculando a la franja adolescente, de modo opcional- y además, a pesar de que en nuestro medio hay unas 50 variedades de mosquitos, hasta el momento no prevalece la variedad Aedes Aegypti, que es la que transmite el dengue. Pero hay temor. En estos días se ha visto que hubo dificultades para adquirir repelentes en farmacias y supermercados, dado que hay una demanda extraordinaria para la época del año. Por otra parte, el comportamiento del Aedes está cambiando, y está permaneciendo por más tiempo que el que esperábamos otros años. Esto significa que la transmisión de enfermedades también se extiende en el tiempo.

Por ello es fundamental la eliminación de criaderos en los hogares de forma rutinaria; la revisión de canaletas, resumideros, bebederos de mascotas y macetas, ver que haya correcto drenaje de las mismas y que quien necesite acumular agua que lo haga en recipientes correctamente tapado; además, tener las piletas limpias y cloradas, según se explicó.

Sería importante acelerar ahora las campañas y los operativos para que se estimule la toma de conciencia de la gente. Como dicen los expertos, “que la población tenga en cuenta que somos parte importante de la solución a este problema”.