La crisis que enfrenta el transporte público en Tucumán llegó a niveles alarmantes. Miguel y Gonzalo Mitre, empresarios del sector, compartieron ante LA GACETA  su situación.

“Estamos en una situación crítica. En 60 días, podríamos enfrentar serios conflictos para continuar operando”, advirtió Miguel. Los Mitre señalaron que el deterioro del transporte público no solo se debe a la falta de inversión en nuevos vehículos, sino también a las políticas públicas inadecuadas de los últimos años. 

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Según Miguel, la crisis comenzó en 2013 con la implementación de la tarjeta sin un estudio previo adecuado. “Desde 2013, la caída en la venta de boletos ha sido significativa. En 2012, vendíamos el 50% menos que el año anterior, y la situación no ha mejorado desde entonces”, explicó.

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Mitre también hizo hincapié en la antigüedad de las unidades de colectivo, muchas de las cuales tienen más de 10 años. “Hoy estamos operando con colectivos que tienen entre 10 y 12 años de antigüedad. A pesar de las inversiones realizadas, la falta de subsidios adecuados y el incremento de costos han llevado a que estas unidades sean ineficientes y a que se reduzcan drásticamente los servicios”, agregó.

Despidos

La crisis del transporte también se refleja en los despidos y en la reducción de frecuencias. Mitre explicó que la empresa ha tenido que despedir a 10 empleados y que la frecuencia de los colectivos se ha reducido debido a la falta de recursos. “Durante la pandemia, el último aumento que tuvimos fue en diciembre de 2019. No recibimos otro aumento hasta junio de 2021, y ese aumento fue insuficiente”, comentó.

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Por otro lado, Gonzalo señaló que la situación es insostenible sin una política de transporte adecuada y sin un ajuste en el valor del boleto. “El transporte público en el mundo está subsidiado porque es un sistema caro. En Argentina, el subsidio no es suficiente para cubrir los costos reales del servicio. La ecuación económica del transporte público no cierra”, subrayó.

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Ambos empresarios coincidieron en que la falta de previsibilidad y el déficit en el subsidio son los principales problemas. “El gobierno debe definir claramente cuánto cuesta el boleto y cubrir la diferencia. Necesitamos una política de transporte que se ajuste a la realidad económica del país”, concluyó Miguel Mitre.