Decir algo falso o negar la verdad sobre algún hecho es considerado por nuestra sociedad un acto inmoral. Aunque las mentiras parezcan inofensivas para quienes las profieren, resulta que pueden provocar incluso más daño que en quienes las reciben y esto lo destaca una última investigación psicológica.

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Un último estudio publicado en el British Journal of Social Psychology reveló cuáles son las consecuencias a nivel psicológico que suponen las mentiras para los mismos mentirosos. Aunque es conocido que quienes sufren las consecuencias negativas de una mentira son aquellos a quienes van dirigidas las mismas, los efectos perjudiciales también están dirigidos para quienes las orquestan.

El estudio, llevado a cabo por la científica Sanne Preuter de la Universidad de Twente en Enschede (Países Bajos) reveló resultados sorprendentes sobre los efectos de las mentiras en el cerebro y las consecuencias a nivel psicológico que estas pueden tener. La investigación consistió en una serie de experimentos diferentes que llevaron a nuevas dilucidaciones sobre las falsedades y nuestro cerebro.

Los efectos de mentir en los mentirosos.

¿Cuáles son las consecuencias de mentir en nuestro cerebro?

Entre las resoluciones de la investigación se demostró que la mentira es capaz de afectar a nuestra autoestima, perjudicando las valoraciones y evaluaciones que hacemos sobre nuestros propios pensamientos. Este hallazgo fue destacado en un experimento en línea donde los voluntarios debían leer ciertas afirmaciones falsas, tanto sobre ellos mismos, como sobre las demás personas. Así, por ejemplo, lso participantes debieron mentir sobre su experiencia en una entrevista de trabajo así como si estaban de acuerdo con una última compra realizada por un amigo.

Los voluntarios tuvieron que responder si mintieron o dijeron la verdad la última vez que estuvieron en una situación similar. A la vez se determinaron los niveles de autoestima de los investigados, así como se identificaron las emociones negativas que experimentaron durante las confesiones, ya sea nerviosismo, arrepentimiento, malestar e infelicidad.

Los resultados revelaron que en los dilemas egocéntricos, el 41.6% de los voluntarios había mentido. En cuanto a los dilemas centrados en otros, el 45.5% había dicho una mentira. Mientras que respecto a los efectos a nivel psicológico se destacó la coincidencia donde aquellos que realizaron versiones falsas sobre sus experiencias o juicios presentaban un nivel de autoestima significativamente más bajo que quienes no lo hicieron, así como habían advertido sentimientos más negativos que aquellos que dijeron la verdad para ambos tipos de dilemas.