Los partidos siempre albergan microhistorias. Pequeños hechos que terminan conforman el ambiente de lo que se vive dentro del estadio y La Ciudadela no fue la excepción. La jornada de San Martín no solo se restringió al gol de Nicolás Moreno, sino que hubo pequeñas perlas que terminaron de confeccionar el ambiente.
Un recibimiento repleto de fuegos artificiales
Durante la semana, los hinchas organizaron una colecta (recaudó más de dos millones de pesos) para comprar los insumos que se utilizaron en el recibimiento. “Se usaron 160 tachos de humo y 18 tortas de pared de humo”, comentaron desde la organización. A eso se sumaron decenas de banderas y dos telones (uno se desplegó por la tribuna de calle Pellegrini y la otra por calle Bolívar).
Los hinchas, asimismo, asistieron temprano a los ingresos del estadio y La Ciudadela se colmó minutos antes al inicio del partido.
Los vallados en las inmediaciones
A diferencia de los otros partidos, los accesos estuvieron con más controles de lo habitual. Incluso, las inmediaciones del estadio estuvieron repletas de vallas con el fin de que cada hincha ingrese a la tribuna correspondiente. También hubo una gran presencia de personal policial para impedir cualquier disturbio.
Una visita especial para Matías Ignacio García
En el sector de plateas, Fabián García aguarda por el partido. El ex futbolista se muestra contento por estar en La Ciudadela. Si bien su hijo Matías Ignacio no está dentro del “11” inicial, el ex DT de San Lorenzo se mostró feliz por el presente que vive el equipo.
“Es lindo el momento que está viviendo. Está feliz en el club. Vine para tirar buenas vibras y espero que podamos ganar este partido que es clave para conseguir el objetivo”, dijo Fabián en el playón del estacionamiento. “Vine con varios amigos de Matías que lo conocen desde chiquito. En mi caso, como estoy desocupado, aproveché para venir. Ya había venido frente a San Miguel, y cuando juega en Buenos Aires lo acompañó siempre”, agregó.
Por otro lado, García recordó que visitó La Ciudadela siendo futbolista y, después, entrenador. “Es un club increíble. La gente acompaña mucho. Vine como jugador en la década de 1980, cuando jugamos un amistoso con San Lorenzo. En ese momento, estaba el “Coya” Gutiérrez. Después vine con Gimnasia y Unión. Pero, conozco de la importancia que tiene San Martín que es un club muy grande”, sentenció antes de acercarse a la zona de los vestuarios locales para desearle suerte a su hijo.
Los infiltrados de San Martín de San Juan
Varios sanjuaninos aprovecharon el partido para viajar a Tucumán. Dos de ellos fueron Maximiliano Ontivero y Florencia Aciar, quienes vivieron el partido como infiltrados. “Lo tenía planeado hace más de un año porque conocí el estadio. Soy parte de la percusión verdinegra. Somos quienes musicalizamos a la barra de San Martín de San Juan. Nosotros tenemos una amistad con los Pibes del Ritmo de San Martín. Incluso, fui al ensayo para ver cómo es la barra de acá”, contó “Flor”.
“Tuve que hacer varios trabajos y pedí un préstamo para poder venir. También me alojaron unas amigas que viven a dos cuadras del estadio”, agregó.
“La idea surgió porque tenemos una amistad muy linda con la barra de San Martín. Llegué un par de horas antes del partido y me vine solo. Lo bueno es que con los chicos de Tucumán compartimos un asado antes del partido. Es un partido importante porque define mucho del campeonato”, comentó Maximiliano.
La sobreventa de entradas
Los cuatro sectores de La Ciudadela estuvieron colmados de hinchas. Sin embargo, la sobreventa de entradas se hizo notoria en el sector de plateas. Ante la escasez de espacios, muchos hinchas se vieron obligados a sentarse en el pasillo y las escaleras de la tribuna.
Esta situación provocó que la seguridad del club buscará lugares para la gente sin asiento, aunque no tuvo éxito en la labor.
Los disturbios en la barra
Minutos antes al inicio del partido, dos facciones de la barra de San Martín protagonizó una pelea en la tribuna de calle Rondeau. Todo se inició con una serie de empujones y después terminó con personas que cayeron por los escalones de la grada.
Partido demorado
El duelo entre San Martín y San Martín de San Juan empezó diez minutos después de lo pactado. El primero en salir al campo de juego fueron los locales; mientras que después del recibimiento aparecieron las camisetas “verdinegras”.
Chicana errónea
La semana pasada se confirmó que Atlético presentó una petición a AFA para que el título de la Copa de Campeones de 1960 sea validada como un título de Primera División. Frente a esta situación, los hinchas de San Martín realizaron una bandera con el objetivo de chicanear al eterno rival. “Hasta aquí llegan tus lágrimas Estación Quequén”, decía en referencia al rival que venció el “Decano” en la final de aquella competencia.
Sin embargo, la referencia tuvo un error que ningún hincha se percató: en aquella final, Atlético venció a El Quequén de Tres Arroyos, Buenos Aires, un equipo diferente a Estación Quequén que nació en 1969.
Un homenaje a Juan Izquierdo
El fallecimiento de Juan Izquierdo conmocionó al mundo del fútbol. El jugador sufrió un problema cardíaco en el duelo entre Nacional y San Pablo por los octavos de final de la Copa Libertadores. Así, los jugadores de San Martín decidieron salir con una bandera con su nombre con el objetivo de honrar la memoria del defensor.
La fiesta continúa
Una vez que Fernando Rapallini pitó el final, la locura de los hinchas se desató en La Ciudadela. Los fanáticos cantaron junto a los jugadores y decidieron quedarse unos minutos más entonando cánticos en el estadio. Luego, decidieron continuar la fiesta en las inmediaciones del estadio con música y fuegos artificiales.