Según un reciente informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), la intención de siembra de maíz en la región núcleo no revierte tendencia. Sigue sin mostrar señales de recuperación, con una disminución del 30% en el área proyectada para la próxima campaña.
Este retroceso, impensable hace un año, contrasta con la tendencia al alza que el cultivo de maíz había mostrado en los últimos 10 ciclos, donde se había consolidado como una opción preferida frente a la soja.
Sin embargo, la combinación de factores, como la falta de agua, el impacto de la plaga de la chicharrita y la baja de los precios internacionales, han provocado una fuerte retracción en la superficie dedicada al maíz en esa parte de Argentina.
En medio de este panorama desalentador, hay una esperanza de mejora: se espera la llegada de la tradicional tormenta de Santa Rosa, que podría cambiar el curso de la precampaña maicera.
De acuerdo con los expertos, las precipitaciones se mantendrán hasta la tarde del domingo 1 de septiembre, con acumulados generosos y homogéneos en la zona central este de la región pampeana.
Estas lluvias, que podrían alcanzar entre 10 a 20 mm, resultan cruciales para despertar el interés en la siembra maicera, especialmente en localidades como Gálvez y María Susana, donde los productores están listos para comenzar a sembrar apenas las condiciones lo permitan, consignó la BCRA.
Además, las lluvias previstas también juegan un papel fundamental para el cultivo de trigo, que en algunas áreas está soportando la falta de agua con expectativas de rendimientos ajustados.
En zonas como Monte Buey y Piedritas, donde el trigo ha comenzado a atravesar las etapas reproductivas, una precipitación superior a los 20 mm podría salvar el potencial de rendimiento, evitando así daños irreparables en los lotes. Sin embargo, el informe advierte sobre la necesidad de que las temperaturas se moderen, ya que una helada en este período crítico podría perjudicar gravemente la producción.