En 2019 en la carta “Factor humano” resalté nuestra “deshumanización” debido al desenfrenado auge de las redes sociales. Actualmente, potenciado el avance tecnológico más la IA, se han perdido las relaciones y/o contactos humanos (familiares, solidarios, sociales, educativos, deportivos, culturales, etc.). Hasta los políticos gobiernan y/o compiten “vía twitter”, ocultando sus rostros y emociones. En abril 2024 nos visitó la Lic. Marian Rojas Estapé, psiquiatra española, quien, en sus libros, brinda herramientas para manejar el estrés y el placer instantáneo, lograr el bienestar emocional, la desintoxicación digital y la oxitocina (hormona del amor, empatía y abrazos). En los últimos meses, casualmente, he experimentado los generosos y beneficiosos efectos corporales y anímicos en la cultura del abrazo, afectos y besos. Me he reencontrado con viejas amistades y parientes que no veía desde hacía mucho tiempo, generando alegrías y emociones compartidas. Pero, lo más llamativo y, diría, hasta inaceptable, fue que, la mayoría de esas muestras de afecto (cariños, besos y abrazos) se manifestaron en los tramos finales del “tren bala de la vida” de parientes y amistades. Creo que, sin olvidar las pérdidas dolorosas, todavía, estamos a tiempo de reflotar nuestras relaciones humanas. Entre los consejos de la Lic. Rojas Estapé se destacan: 1) abrazar ocho segundos, ocho veces al día eleva la oxitocina, baja el estrés y eleva el bienestar; 2) desintoxicarnos del cortisol y del placer instantáneo; 3) pensamientos positivos; 4) abrir el corazón a las personas “vitamina” y desechar las tóxicas. Conclusión: la terapia del “abrazo diario” (sólo un minuto) es invalorable para nuestro bienestar y nos puede salvar la vida.

Marcos A. Machado                                  

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