Hay un deseo que pido siempre que pasa un tren", dice Andrés Calamaro desde la letra de su tema “Mi Gin Tonic”. En el estadio Julio Humberto Grondona, a metros del Viaducto recorrido constantemente por las formaciones del tren Roca, San Martín no pudo ver cumplido el suyo. Y su racha de victorias consecutivas no alcanzó a llegar a siete. 

El líder de la Zona A se llevó un pálido empate a uno de su visita al débil Arsenal, que arrancó la fecha en el sótano de la tabla. Una cosecha de una unidad que podría todavía saber a menos si su homónimo de San Juan el domingo vence como local a Chacarita Juniors: en ese caso, ambos “San Martines” llegarán igualados en la punta a su crucial duelo en La Ciudadela, dentro de siete días.

¿Cuál fue la historia detrás de este partido “extraño”, disputado entre el mediodía y la siesta de un sábado frío y destemplado en el sur del Conurbano Bonaerense?

El equipo de Diego Flores fue mucho más que su rival en el primer tiempo, pero  paradójicamente, dada la profesión de su entrenador- no lo supo traducir en el marcador. En el complemento, San Martín se perdió en su propio laberinto, y solo anotó en su haber el mérito de no caerse e igualar de inmediato tras encontrarse en desventaja.

De arranque, se vio un “Santo” desconocido. Obligado por el entusiasmo del “piberío” local a abroquelarse muy cerca del arquerito Franco Herrera y sin poder enhebrar más que un par de pases seguidos, mientras Arsenal disponía de tres córners consecutivos.

El espejismo duró solo unos minutos. Porque apenas los volantes de la visita comenzaron a conectar, la diferencia de jerarquía quedó a la vista de todo el mundo. La defensa del equipo de José María Bianco, por momentos un tembladeral, acentuaba la percepción.

Y San Martín empezó a lastimar, principalmente por el sector izquierdo de su ataque, donde se encontraban Matías “Caco” García, Lautaro Fedele y Diego Mastrángelo. Obviamente, este último dista mucho de ser Lucas Diarte: el devenido en lateral izquierdo ejecutó deficientemente y dilapidó una opción clarísima. Además, tuvo varias defecciones en la marca.

Juan Cuevas, también tuvo un par de chances, incluido un disparo desde fuera del área que obligó a una tremenda respuesta de Facundo Masuero. Y la más clara en la primera media hora culminó en un remate de sobrepique del “Caco” –en un flojo partido- casi en el área chica, que se fue por encima del travesaño. Esa jugada fue una síntesis de la primera etapa: San Martín generando bastante y no concretando nada ante un rival voluntarioso pero muy limitado.

¿Del otro lado? Un error de Gustavo Abregú en una salida posibilitó un ataque directo que terminó con un remate de Valentín Serrano que si iba al arco hubiera sido un golazo. Fuera de ello, solo tiros libres y de esquina para inquietar infructuosamente a la visita.

Para ganar, había que cambiar. Porque estaba claro que el “Santo” no estaba en su mejor tarde. El fútbol apenas si fluía. Pero el “Traductor” entendió que había que salir a jugar el complemento con los mismos once. Y su equipo, lejos de hacerlo mejor, pareció involucionar, porque a medida que los minutos corrían tenía menos la pelota. Y el conjunto de “Chaucha” Bianco ya se animaba a intentar algún ataque jugando al ras.

En su enésima pelota parada –algunas concedidas infantilmente-, Arsenal festejó: era gol de Alexis Sosa, pero Mastrángelo coronó una actuación para el olvido con un intento vano de rechazo sobre la línea. Uno a cero, para sorpresa de propios y extraños.

Venía acertando Flores en los cambios, pero esta vez pareció demorar demasiado en meter mano en el ataque. Primero apostó por el ingreso de un muy lento Pablo Hernández. Y recién estando en desventaja saltaron a la cancha Gonzalo Rodríguez y Nicolás Moreno. El “Chuny” sacó máximo provecho de su sentido del olfato: en la primera que tocó, arrastrando su marca por el segundo palo, la mandó a guardar.

De allí hasta el final, volvió a verse un San Martín más incisivo. Pero como ni Moreno acertó al arco de cabeza sobre la hora, ni tampoco lo hizo Gonzalo Klusener con un remate cruzado (asimismo falló también Ignacio Sabatini para el local, en tiempo de descuento) la chapa en el resultado no se movió.

En resumen, San Martín perdió dos puntos que el tiempo dirá si lamentará o no sobre el final del certamen. Por lo pronto, algo es seguro: el empate en Sarandí fue un resultado no deseado.