El presidente de la Nación, Javier Milei, reiteró este viernes que vetará la reforma previsional que el Senado convirtió en ley esta semana. “Mi palabra no se negocia, no les voy a dejar pasar un milímetro a los degenerados fiscales”, afirmó.
El veto presidencial es una herramienta clave en el proceso legislativo argentino, porque le permite al Poder Ejecutivo frenar la promulgación de una ley aprobada por el Congreso. Aunque esta facultad otorga al presidente una considerable influencia, no implica el fin del camino para el proyecto legislativo. El Senado y la Cámara de Diputados tienen el poder de desafiar esta decisión, aunque bajo condiciones específicas y con ciertas limitaciones.
Milei, sobre el veto a la reforma jubilatoria: "No les voy a dejar pasar un milímetro a los degenerados fiscales"¿Qué es el veto?
El veto es la facultad que la Constitución Nacional concede al Presidente de la Nación para impedir que un proyecto de ley aprobado por ambas cámaras del Congreso se convierta en ley. Este poder puede ser ejercido de forma total, bloqueando toda la ley, o parcial, vetando solo ciertas disposiciones, mientras que otras partes del proyecto pueden ser promulgadas.
El veto se justifica generalmente en la necesidad de evitar leyes que puedan afectar negativamente las finanzas públicas, los derechos fundamentales o la estabilidad institucional. Por ejemplo, en medio del debate sobre la nueva fórmula de movilidad jubilatoria, el mandatario ultraderechista expresó su intención de "defender la caja a veto puro", resaltando cómo este mecanismo puede ser utilizado para proteger los intereses fiscales del Estado.
El Gobierno podría judicializar la reforma jubilatoria si se revierte el veto presidencial¿Qué pasa después del veto?
Una vez que el Presidente veta una ley, el proyecto vuelve al Congreso, donde puede ser reconsiderado. Sin embargo, para anular el veto, ambas cámaras deben reunir una mayoría calificada de dos tercios de los votos de los miembros presentes. Si se alcanza, el proyecto se promulga y el veto presidencial queda sin efecto, obligando al Ejecutivo a promulgar la ley. A pesar del respaldo significativo en la Cámara de Diputados, donde el proyecto fue aprobado con 162 votos a favor, la necesidad de una mayoría de dos tercios en ambas cámaras para contrarrestar el veto hace que la intervención del Senado sea crucial. Si bien es posible que el Senado logre la mayoría necesaria, el desafío es considerable, consignó Página 12.
Limitaciones y control del veto
No todas las leyes son susceptibles de ser vetadas. Existen situaciones excepcionales en las que la Constitución impide el uso del veto, como en los casos de reformas constitucionales o leyes que requieren un procedimiento especial para su sanción.
Además, aunque el veto es un instrumento poderoso, no está exento de control. Los tribunales pueden revisar la constitucionalidad de un veto si se argumenta que éste afecta derechos fundamentales o vulnera tratados internacionales. Esto introduce un nivel adicional de control sobre las decisiones del Poder Ejecutivo, asegurando que su ejercicio se ajuste a los principios del Estado de Derecho.